Qué lento que va la cosa para la ganadería

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En el último año el crecimiento estimado del stock bovino argentino fue de apenas 1,6%. Un difícil camino hacia la recomposición de existencias.

En marzo de 2015 el stock bovino nacional argentino fue de 51,429 millones de cabezas, una cifra 0,4% inferior a la del mismo mes de 2014, según los últimos datos publicados días atrás por el Ministerio de Agroindustria en base a registros del Senasa.

Sin embargo, en el último año se registró –producto de mejores expectativas por el futuro de la ganadería– un proceso de retención de vientres que seguramente permitió recomponer el stock bovino. Pero, ¿en qué proporción?

Esa es la pregunta que un grupo de técnicos de la Subsecretaría de Ganadería de la Nación intentó responder durante una presentación realizada en la última reunión de la Comisión de Ganadería del Movimiento CREA.

Los técnicos del Ministerio de Agroindustria proyectan que en marzo de este año el stock vacuno nacional sería de 52,286 millones de cabezas (+1,6% superior que un año atrás) a partir –como era de esperarse– de un crecimiento considerable de hembras. Los datos muestran que llevará un buen tiempo recomponer el stock perdido durante la fase de liquidación de vientres registrada entre 2007 y 2010.

La perspectiva es que el proceso de retención de vientres –iniciado un año atrás– siga durante 2016. También se prevé un crecimiento de los engordes destinados a novillos pesados para exportación e invernadas más extensas, focalizadas en sistemas pastoriles, a causa del encarecimiento del precio relativo del maíz.

OFERTA DE CARNE EN 2016
Tales factores hacen prever que la oferta de carne en 2016 será inferior a la registrada en 2015. De hecho, en los primeros dos meses de este año se faenaron 1,857 millones de cabezas, una cifra 6,5% inferior a la del mismo período de 2015. Como se faenaron muchos más novillos que hembras o terneros, el peso promedio de faena aumentó en tres kilos en el primer bimestre de 2016 versus enero-febrero de 2015 (lo que permitió compensar en parte el impacto de la caída de animales faenados).

El rol del sector exportador, en la actual coyuntura, tendrá un peso sustancial en los valores de la hacienda. Pero en lo inmediato no caben esperar grandes noticias en ese sentido. Los últimos datos oficiales (Senasa) indican en los dos primeros meses del año Argentina exportó cortes frescos bovinos por 18.225 toneladas, un 17,3% menos que en el mismo período de 2015, mientras que –en contraste– Brasil, Uruguay y Paraguay incrementaron sus ventas externas en lo que va del presente año.

Las causas que explican semejante datos son muchas. El tipo de cambio real pierde competitividad semana tras semanas debido a la inflación. La disponibilidad de novillos pesados es limitada. Los canales comerciales externos están resentidos. Y los niveles de eficiencia industrial y comercial disminuyeron porque los frigoríficos, ante el colapso del negocio exportador, debieron focalizarse en el mercado interno para sobrevivir (que tiene reglas de juego muy diferentes).