¿Qué pasará con el sector de la maquinaria agrícola de aquí a 2025?

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Mario Bragachini y Fernando Ustarroz, ingenieros agrónomos del INTA, analizaron este sector clave para Argentina, que abarca a 600 terminales y 260 agropartistas, y genera 80.000 puestos de trabajo.

Mario Bragachini y Fernando Ustarroz, ingenieros agrónomos del INTA, realizaron un trabajo donde analizaron “El valor agregado de la maquinaria agrícola y agropartes de Argentina”, un sector clave para Argentina, que abarca a 600 terminales y 260 agropartistas, y genera 80.000 puestos de trabajo.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) publicó el estudio de Bragachini y Ustarroz quienes ofrecen una visión prospectiva de lo que puede pasar con el sector de la Maquinaria Agrícola y agropartes para el 2025.
Estas son algunas de las proyecciones de los especialistas para el sector de la maquinaria agrícola:
La demanda de alimentos en el mundo podría llegar a crecer un 50% para el año 2050.
Podría llegar a darse un avance en la demanda de biomasa para transformar en bioenergía, siendo esta energía renovable utilizada por las futuras máquinas y equipos. Estiman que habrá mayor eficiencia y mayores controles de emisiones en la maquinaria en general y en la agrícola, en particular.
El cambio y la variabilidad climática serán temas preocupantes para el sector. La maquinaria agrícola deberá operar en este contexto climático.
Habrá una tendencia de los productores agropecuarios a demandar máquinas con más capacidad de trabajo, las cuales serán en su gran mayoría “autoguiadas” y robotizadas. Esta moderna maquinaria agrícola demandará menos horas/hombre por hectárea.
Muchas de las futuras máquinas y equipos serán más livianos para evitar agresiones al suelo. Implicarán traslados con menos presión específica, nuevos neumáticos y bandas de caucho. Las máquinas requerirán materiales constructivos livianos y resistentes (aleaciones, materiales compuestos y biomaterial, bioplásticos y fibras vegetales).
De persistir la caída del precio del petróleo de 100 a 45/55 U$S/barril, los commodities alimenticios podría seguir con precios internacionales en niveles medios a bajo. Esto dejaría a la industria mundial de máquinas agrícolas con una alta capacidad ociosa y una situación de alta oferta. Podría este proceso generar la necesidad de reducir precios y achicar márgenes para recuperar rentabilidad con mayores ventas y reducir capacidad ociosa que resulta crítica para los costos de producción. De darse esta situación, América Latina no escaparía a la crisis del sector.
Dentro de las tendencias tecnológicas del sector metalmecánico destinado a la agroindustria, podría presentarse avances revolucionarios en electrónica, software, comunicaciones y conectividad y robotización.
Podría avanzar el desarrollo de revolucionarios sensores capaces de identificar objetos, plantas, estado de humedad y nutricional de suelo (micro variabilidad de suelo y cultivo), variables climáticas (como humedad relativa, temperatura, velocidad del viento, lluvia, evapotranspiración actual y potencial, entre otras). Estos sensores podrían tener capacidad para escanear grano y detectar daño mecánico, impurezas, contenido de aceite y proteína sobre una cosechadora de grano o forraje (NIRS).
También avanzaría el desarrollo tecnológico en sensores capaces de detectar el estado nutricional de un cultivo y/o la presencia de malezas, sensores de torque en órganos importantes de las máquinas, sensores en sembradoras (caída de semilla a centímetros del suelo), sensores que ayudan a la autorregulación de las sembradoras (uniformidad de profundidad), sensores que guían una máquina entre líneas de cultivos, sensores que detectan hormonas que guían cosechadoras de frutas para sólo recoger la fruta madura, sensores de madurez de fruta (NIRS), sensores de biomasa, sensores de insectos en grano almacenados, sensores de CO2 con varias aplicaciones, sensores remotos colocados en drones como cámaras multiespectrales, satélites de alta resolución espacial, temporal, nanosatélites, inteligencia artificial, sensores para ganadería de precisión que detectan el estado corporal de los animales, sensores que conforman robot de ordeño automático, etc.
Estos sensores ayudarían a recoger datos que alimentarán software con inteligencia en la propia máquina (big data, algoritmos que se autoprograman para resolver distintas situaciones a una velocidad mayor que el más específico especialista), o bien operativos sobre nube web interconectada con la máquina con posibilidad de transformar datos electrónicos en información agronómica útil en tiempo real. Los sensores podrían elaborar un diagnóstico que modifique el comportamiento de las maquinas en fracciones de segundo a nivel de 1 m2, (semilla/densidad), selectividad, fertilizante (mezcla y dosis), fitosanitario (maleza, enfermedad o insecto), estiércol orgánico (según el suelo), al igual que las enmiendas (corregir el PH).
“El futuro nos depara una agricultura sustancialmente distinta a la actual, la cual representará todo un desafío científico-tecnológico para Argentina, su industria de maquinaria agrícola y sus propios productores agropecuarios”, subrayaron desde la BCR.