La administración kirchenerista buscará que las exportadoras de granos empiecen a aumentar el ingreso de divisas en las próximas semanas ante la lentitud de las mismas, que muestran hasta el momento un retroceso del 10% respecto del año pasado.
Hasta el momento y sobre los datos del Centro de Exportadores de Cereales (CEC), lo liquidado asciende a u$s1.343 millones que comparado con los 1.488 del 2014, marca una caída del 10 por ciento. Además está por debajo de lo llegado en los últimos cinco años.
El gobierno sabe de esto y por eso quiere un nuevo adelanto y más ante la promesa de abrir gradualmente la salida de la moneda norteamericana a los importadores.
La idea es nuevamente establecer la emisión de letras del Banco Central (Lebac) en pesos y atado al tipo de cambio oficial. En las dos situaciones anteriores, se pagó un interés de 3,6% a 180 días, y rescatable en 91 días.
En esta oportunidad las condiciones a cambiar estaría en la tasa de interés que rondaría entre el 4 y 6%, y transferible solamente a la cadena comercial del sector ya sea productor, cooperativa, entre otros. El fin es poder ofrecerlo como aval para tomar un préstamo volviéndose en el corto plazo un instrumento para que el chacarero este incentivado a vender sus granos ya que los precios a cosecha caen (u$s237, mercado local) y si vende ahora tiene una cobertura y en 120 días el Banco Central puede empezar a rescatar la letra.
Vale recordar que la inquietud del bono surgió en la última oportunidad de algunas empresas, que ven en esta una opción para no resignar pérdidas frente a la posible caída de los granos para los próximos seis meses.
Lo que se busca es que ingresen entre 2.000 y 2.500 millones de dólares en los próximos 70 días. Y como se hizo siempre, se saca un “market share” sobre lo que cada multinacional liquidó el año pasado.
De acuerdo con el reporte de las entidades que representan un tercio de las exportaciones argentinas, en la última semana se liquidaron sólo unos 256,22 millones de dólares.
Sin embargo, esa cifra es superior a la registrada entre el 26 y 30 de enero, cuando las empresas del sector informaron que habían liquidado una suma de 237.190.594 de dólares.
Le lentitud en la venta de soja responde meramente a que éste grano es la moneda de cambio del productor. En pocas palabras es lo último que comercializará.
Los datos de la cartera agropecuaria a la fecha muestran que de la cosecha vieja quedan entre 10 y 12 millones todavía en el campo. Pero contundente son los números. En enero se entregaron 860.000 toneladas mientras que hace un año 1,5 millones. El retroceso del 75% significa no sólo que la retención es mayor sino que será aún más fuerte en el actual periodo. La venta de maíz así lo confirma, que con un crecimiento del 160%, da cuenta que se usa al cereal para pagar las deudas.