El trigo, principal cultivo de invierno, se ve afectado por una gran variedad de pulgones. En la región pampeana se pueden observar cuatro: verde, amarillo, de la espiga y negro
Este cultivo presenta varios grupos de invertebrados, con diversas funciones en la trama trófica, señalaron desde Aapresid. Entre ellos, los pulgones ocupan un lugar importante por el tamaño del daño que producen en la planta y en diferentes etapas de su fenología.
“Estos insectos presentan tamaño reducido (1 y 4 mm), apariencia delicada, vida efímera y alta tasa de reproducción. Poseen un aparato bucal suctopicador, lo que les permite succionar los jugos vegetales en grandes cantidades”, informó la ingeniera agrónoma Adriana Saluso, de INTA Paraná.
Además, explicó que durante su alimentación incorporan saliva tóxica originando manchas locales, clorosis, marchitamientos, deformación de órganos y muerte de tejidos. Están los daños directos y los indirectos que se deben a que algunas especies de áfidos pueden ser vectores de enfermedades como el virus del enanismo amarillo de la cebada y del mosaico del pepino.
Los pulgones que se dan de manera frecuente en zona núcleo son “pulgón verde de los cereales” (Schizaphis graminum), “pulgón amarillo del trigo” (Metopolophium dirhodum) y “pulgón de la espiga del trigo” (Sitobion avenae). Saluso también explicó que, por consecuencia de cambios en el sistema productivo, se identificaron nuevas especies como Sipha maydis “pulgón negro de las gramíneas”.
Para el monitoreo no hay una metodología de monitoreo estandarizada, sostuvo la especialista del INTA. Ante esta situación se propone analizar 30 plantas al azar.
“En estado vegetativo, se debe observar la presencia de pulgones sobre ambas caras de las hojas y contabilizar el número de ellos”, aseguró. Y en el caso del estado reproductivo, se recomienda observar las espigas y detectar presencia y abundancia de áfidos.
Cabe destacar que las precipitaciones abundantes limitan el desarrollo de colonias de algunas especies de pulgones. Esto se debe al efecto físico de la lluvia y a la proliferación de enfermedades fúngicas debido a un ambiente favorable.
«En el manejo de pulgones en el cultivo de trigo, es fundamental tener en cuenta que los mismos se encuentran regulados por numerosos enemigos naturales entre ellos entomopatógenos, vaquitas predadoras y avispitas parasitoides», concluyó Saluso.