La inclusión de los cultivos de cobertura en los sistemas de producción actuales brinda muchos beneficios, entre los cuales se destacan la prevención de la erosión edáfica, un mayor control de malezas, mejora del balance de carbono, incremento del almacenaje de agua en el perfil y generación de macroporosidad del suelo.
Entre las especies más empleadas se puedan mencionar vicia, brassicas, rabanito, trigo sarraceno, avena, centeno, trigo, entre otras.
Durante el curso “Clínica de plántulas: cultivos de cobertura” que brindaron las ingenieras agrónomas del laboratorio de semillas de Inta Oliveros Miriam Arango, Carina Gallo y Mailén Martínez se destacó que “es de gran importancia que los laboratorios de análisis de calidad de semillas estén capacitados en la determinación de la calidad fisiológica de los lotes de las especies empleadas en cultivos de cobertura”.
“Debido a que la clasificación de las plántulas y las semillas no germinadas es muy influenciada por la subjetividad de los analistas de laboratorio, es necesario unificar los criterios de evaluación para minimizar la subjetividad en la obtención de los resultados. Por tal motivo, surge la necesidad de capacitar a los laboratorios de semillas y empresas semilleras a fin de lograr uniformidad en la evaluación de las plántulas y las semillas no germinadas”, destacaron las especialistas durante el curso que contó con la coordinación de la Cámara Argentina de Semilleros Multiplicadores (Casem).
El curso taller tuvo temas enfocados en la descripción de los distintos tipos de daños presentes en las plántulas y su influencia en el futuro desarrollo de las plántulas, estudiando en detalle los criterios de clasificación de plántulas anormales según los protocolos descriptos por la International Seed Testing Association (Ista). También se abordaron temas relacionados con los distintos tipos de semillas no germinadas. (fuente AgroClave, diario La Capital)