Reducción de área sembrada y menor tecnología para el trigo

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Entre las dificultades del día a día de la cosecha gruesa por la cuarentena, el temor a que se repita la falta de agua por “La Niña”, sumado a que  los cereales sean alcanzados por una mayor presión tributaria, la siembra de trigo está ante una gran incertidumbre en la región núcleo.

Pese a que son muy pocas las consultas de los productores por la siembra de  trigo, los ingenieros estiman que la superficie implantada podría caer desde un 10% hasta un 50% en los casos más extremos, respecto al año pasado. Sí se coincide en que se aplicaría una menor tecnología, respecto a 2019.

La campaña de trigo del año pasado en la región núcleo tuvo un nivel de siembra récord, con 1,75 M de ha cubiertas y aportó casi 7 de las 19,5 M Tn que produjo Argentina. La carga de agua que tengan los perfiles a la hora de decidir las siembras será fundamental. Respecto al escenario Niña, el enfriamiento en el Pacífico es muy leve y hasta ahora los indicadores muestran que el escenario de falta de agua incidiría recién en Diciembre, consignó un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.

Doble cultivo

Hasta ahora, los cereales ganan: el maíz va en primer lugar y el doble cultivo trigo /soja le sigue, quedando nuevamente por encima de la soja.  El cultivo dejó un buen sabor el año pasado pese a que no tuvo los rindes que se esperaban. Este año vuelve a ser una gran opción: el doble cultivo ofrece un ingreso a fin de año en un año dónde la financiación tiene una importancia estratégica y vital.

La práctica, permite además  diluir los costos fijos al incorporar un cultivo sucesor de verano, que en la región suele ser soja de segunda. También tiene otra gran ventaja: es la opción menos costosa y la más inteligente para  frenar a las malezas resistentes y de difícil control en la región.

Por otro lado, los productores ven que los márgenes netos son positivos aunque acotados a pesar del alto riesgo y la gran inversión. Un productor arrendatario luego de pagar todos los impuestos lograría apenas un 9% del total de los ingresos brutos.

La cosecha de soja de primera, con 480 mil ha implantadas, avanza sin contratiempos y ya se recolectaron un 55% de la superficie implantada con esta oleaginosa, un 5 por ciento más que la trilla del año pasado para la misma fecha. La semana sin lluvias permitió un febril avance de las cosechadoras; en el centro sur santafesino quedan muy pocos lotes por levantar.

Hacia el sur de Santa Fe y en el norte bonaerense la trilla avanzo sobre el 40% de los lotes. Y sigue el buen tiempo, habrá otra semana sin lluvias. Esta es una gran noticia para seguir avanzado con los menores contratiempos posibles en lo que viene siendo la cosecha más difícil de la historia de  la región núcleo.

De la ilusión a los triste números de las cosechadoras porque “Pintaban para superar los 50 quintales y salen volúmenes de 40 a 45”, comentan en Arias. La nota se repite en la franja oeste, dónde lotes que lucían un excelente nivel de  desarrollo y se veían como los del año pasado —el año record de rindes en soja para la región— desilusionan a la hora de la cosecha, porque se lograron de 10 a 15 qq/ha, todo una  de desilusión.

El pelotón de trilla al avanzar sobre lotes con ciclos más cortos revela una amplia variabilidad de  rindes.

Los monitores de las cosechadoras muestran desde 20 a 62 qq/ha. La brecha sigue abierta en torno a los 40 quintales.  La disponibilidad de agua en el periodo de llenado de granos fue el factor clave que marcó esta variabilidad.

La sequía durante la última mitad de febrero y principios de marzo dejó granos más chicos y más livianos. De todas formas, con estas últimas 480 mil hectáreas cosechadas el promedio sigue sosteniendo un rinde medio de 39,7 qq/ha en soja de primera.

En tanto, se ponen en marcha las cosechadoras para la soja de segunda En el centro sur de Santa Fe comenzó la cosecha de los primeros lotes. Allí, los rindes siguen la misma tendencia que la soja de primera, un abanico de rindes que van desde 15 a 45 qq/ha. El norte de Cañada de Gómez muestra rindes de 33 a 45 qq/ha, al sur caen 10 quintales.

En las cercanías de Rosario hay rindes de 15 quintales. En estas zonas se corrobora que hay muchos cuadros que no vale la pena levantarlos. En el norte bonaerense la cosecha aún es muy incipiente, pero las perspectivas están por el piso. Se esperan rindes que estarían entre 8 a 20 qq/ha. Hacia el extremo sur de Santa Fe todavía hay expectativas de tener buenos rindes, “recibieron mejores lluvias más tarde pero aún es una incógnita, todavía no se cosecho ningún lote”, explican los ingenieros.

La primera helada de la región pampeana fue el martes 7 de abril, el ingreso de una masa de aire muy fría y seca sumergió a los termómetros unos doce grados en la madrugada. La provincia de La Pampa fue en dónde más se sintió el paso del frente frío. Con 0,3°C bajo cero, la localidad de Victorica registró el valor más bajo. (Eduardo Bustos-Noticias AgroPecuarias)