Todos los países protegen a la industria que procesa el grano.
Finalmente, el Gobierno decidió sacrificar la competitividad del sector industrial aceitero, en realidad la competitividad de la Argentina como el principal exportador de harina y de aceite de soja, en lugar de tener que pagar el costo político ante los productores de frenar la baja del 0,5% mensual a las retenciones al poroto de soja.
Es cierto que el diferencial ha sido de ayuda para construir la industria aceitera más eficiente del mundo, pero también es cierto que ha sido de gran utilidad para poder competir y penetrar las barreras comerciales que las grandes potencias aplican a países como la Argentina. No se trata solo de un mayor ingreso fiscal, después de todo se trata de 40 millones de dólares en el segundo semestre de 2018 y de 400 millones de dólares durante todo 2019, sino de un reclamo del gobierno de los Estados Unidos, que el mismo Departamento de Estado planteó al presidente Macri en alguno de sus encuentros.
Los productores consideran que han salido victoriosos ante la eliminación del diferencial arancelario que deja a la industria sin la protección del 3%. Pero ¿cómo puede la Argentina competir con el resto de sus países competidores y consumidores a la vez que imponen barreras arancelarias a los productos producidos y exportados desde nuestro país?
La Unión Europea impone un arancel del 6,4% a las importaciones de aceite de soja y del 6,5% al biodiésel importado. Los Estados Unidos aplican un arancel de importación del 19,1% al aceite de soja de la Argentina y otro tanto a la harina de soja, dejando al poroto con 0% de arancel ante el caso extremo que su industria aceitera se quede sin materia prima ante algún acontecimiento extraordinario.
Todos los países protegen a su industria. China aplica el 9% al aceite de soja, el 5% a las harinas de soja y el 3% al poroto de soja. Queda claro que los países que no tienen soja dan ventajas a la importación de la materia prima para favorecer y promover su industria local. Meses atrás el gobierno americano aplicó aranceles del 70% a la importación del biodiésel proveniente de la Argentina.
Existen no solamente aranceles diferenciales a la importación, sino también subsidios a las exportaciones, apoyos internos o subsidios a la producción, a través de precios sostén, créditos subsidiados y apoyos directos. En este último caso hay que recordar que una semana atrás el gobierno de los Estados Unidos anunció un paquete de ayuda directa a sus farmers de 12.000 millones de dólares, de los cuales 3000 millones es la cantidad suficiente y necesaria para compensar el 25% de arancel de importación de soja americana que impuso el gobierno de China.
En el plano local, el potencial impacto bajista en nuestro mercado de soja por la medida anunciada por el Gobierno ya fue ampliamente compensado con la suba que tuvo Chicago anteayer, cuando se conoció la posible reanudación de las conversaciones comerciales entre China y Estados Unidos.
Mirando hacia 2019, es indudable que vamos a dos mercados bien diferenciados, habrá un precio de soja de exportación condiciones cámara, grado 2 o mejor que podrá valer una prima de ocho dólares por tonelada por sobre la soja industria, con mayor tolerancia de recibo a cuerpos extraños, granos dañados, etcétera.