Los resultados productivos de la última campaña de trigo terminaron siendo respetables en el sudeste cordobés.
¿Por qué? Con un arranque muy promisorio respecto de la humedad, los trigos comenzaron su ciclo con muy buena humedad en implantación, lo que les permitió ir copiando el perfil con su sistema radicular y no tener que sortear períodos de escasez de agua típicos de nuestra zona durante el invierno.
Las implantaciones más complejas de trigo las tuvimos sobre rastrojos de maíz debido al exceso de humedad de los lotes provocados por las buenas lluvias otoñales, que no alcanzaron a ser ni por asomo las que provocaron la recarga de la campaña anterior.
Otoño e invierno
El otoño transcurrió y el invierno siguió pareciéndose a una primavera hasta que el frío apareció. Cuando muchos ya especulaban con la posibilidad de un invierno templado en base a cómo había arrancado, una seguidilla de heladas en la primera semana de julio, que incluyó una de -5,9 durante 6 horas, dijo basta a las condiciones que prevalecían en la zona.
Regionalmente se optó por sembrar bastante trigos largos con requerimientos de vernalización en base a la experiencia de la afección de heladas en la campaña pasada sobre materiales de uso generalizado.
Heladas
El problema de la seguidilla de heladas que sufrieron los trigos en este ciclo se encontró sólo en lotes donde por consecuencia de una mala elección del cultivar o por atraso de fecha quedaron expuestos a este estrés. Ya que por exceso de humedad numerosos lotes que tenían asignado sembrar materiales largos sobre maíz, por ejemplo, se les pasó la fecha de siembra óptima y tuvieron que cambiar a genotipos de ciclo corto sin requerimiento de frío.
Terminamos agosto con un estado de los trigos buenos a muy buenos. El impacto de las heladas no repercutió demasiado sobre la generalidad de los trigos, debido principalmente a que el frío accionó sostenidamente sin grandes amplitudes térmicas desde que comenzó, generando cultivos que desarrollaron tejidos rustificados a diferencia de la campaña anterior donde tuvimos una helada en floración después de días templados.
Enfermedades
El principal problema sanitario de la campaña lo constituyeron las enfermedades, destacándose por su permanencia aún desde estadios tempranos roya anaranjada. El desarrollo de roya anaranjada (Puccinia triticina) y roya estriada o amarilla (Puccinia striiformis) acompañó al cultivo de manera progresiva durante los meses de julio y agosto, de la mano de condiciones ambientales que favorecieron su desarrollo principalmente sobre cultivares susceptibles.
La presencia de estas dos enfermedades en la campaña 19/20 tuvo un patrón de diseminación diferencial en la región, con más presencia de roya estriada en cultivos de trigo sembrados más en el norte y oeste del departamento Unión. En tanto, la presencia de anaranjada se la observó más en el sur y este de la provincia en el departamento Marcos Juárez.
En algunos lotes, la decisión de fertilizar en macollaje con nitrógeno no colaboró con el estado de los trigos, ya que las precipitaciones no fueron suficientes y experimentaron no sólo estrés hídrico sino también nutricional, afectando entre otros componentes el número macollos por planta, especialmente en lotes de calidad inferior, situación que no experimentaron los lotes en los cuales se incorporó el nitrógeno presiembra.
Sobre rastrojos de maíz
Una curiosidad de la presente campaña se dio en los resultados obtenidos en los lotes sembrados sobre rastrojo de maíz. Esta técnica que presenta generalmente varios inconvenientes, entre los que se destacan la dificultosa siembra, la inmovilización del nitrógeno en el rastrojo y el impacto de las heladas, encontró en años como el pasado, donde el invierno fue seco, que el exceso de cobertura contribuyó a mantener la humedad en el lote obteniendo hasta resultados superiores a los rastrojos de soja.
Resumiendo, la campaña 2019/20 en trigo fue desde lo productivo superior a la anterior en nuestra zona. Pero esta diferencia no estuvo dada por excelentes rendimientos generales, sino debido principalmente a la caída de los rendimientos sucedidos en la 2018/19 por las heladas en floración resultando en rindes pobres. En rigor, si comparamos esta cosecha 2019/20 de trigo con la 16/17 o con la 17/18 estamos por debajo productivamente.