Acsoja está cumpliendo 20 años de vida. Nació el 11 de agosto de 2004 y desde su fundación, la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja) trabaja para integrar diversos eslabones de la cadena productiva, destacando la importancia del profesional ingeniero agrónomo en todas sus etapas. En el marco del aniversario de la entidad, el presidente de Acsoja, Rodolfo Rossi, exploró los desafíos que enfrenta la cadena de la soja en Argentina, las perspectivas para la próxima campaña y las competencias de los ingenieros agrónomos.
Rossi no sólo es el presidente de Acsoja: es también un destacado profesional con una sólida formación académica y una vasta experiencia en el sector agrícola. Es ingeniero agrónomo, graduado de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) en la especialidad de Fitotecnia. Su carrera académica incluye numerosos trabajos de investigación y publicaciones en revistas científicas de renombre. Además, Rossi ha ocupado cargos importantes en diversas instituciones del sector agrícola, tanto a nivel nacional como internacional, contribuyendo al desarrollo y la innovación en la producción de soja.
Evolución de Acsoja
El presidente de Acsoja recordó los orígenes de la asociación y resaltó la participación de entidades como Ciasfe y la importancia del rol del ingeniero agrónomo en los diferentes eslabones de la cadena. Desde la ciencia y tecnología hasta la producción y los servicios, el ingeniero agrónomo ha sido fundamental para la articulación y desarrollo del sector. Rossi explicó que, si bien la agronomía es un eslabón principal, la cadena de la soja también abarca la industria, el comercio y los servicios. “La participación del ingeniero agrónomo es transversal, involucrando desde la generación de tecnología en instituciones como Inta y universidades, hasta la producción y los servicios técnicos”, apuntó.
Durante la entrevista, quedó en claro que los ingenieros agrónomos juegan un papel vital en la gestión de la sanidad vegetal, la conservación del suelo y el agua y la mitigación del impacto ambiental de las actividades agrícolas. En el contexto de la cadena de la soja, son esenciales para garantizar que la producción sea no sólo eficiente y rentable, sino también sostenible a largo plazo.
Desafíos internacionales
Uno de los temas centrales de estos tiempos tiene que ver con la inserción de la soja argentina en los mercados internacionales. Rossi destacó los esfuerzos de Acsoja en abordar barreras paraarancelarias y problemas de acceso al mercado, buscando que las restricciones se basen en fundamentos científicos. La Asociación ha trabajado intensamente en Europa y Asia para gestionar estos desafíos, promoviendo decisiones basadas en ciencia. Rossi enfatizó que las barreras relacionadas con los fitosanitarios son particularmente relevantes, y que Acsoja, como miembro fundador de la Asociación Internacional de Productores de Soja, trabaja para asegurar que las decisiones se basen en ciencia. En este contexto, también se mencionaron las barreras impuestas por países como India, que fluctúan anualmente, afectando las exportaciones de aceite de soja.
Desde su gestación, Acsoja lidera proyectos innovadores y este año presentará en sociedad el primer mapa de la proteína de soja a nivel nacional. “Este esfuerzo, en colaboración con Inta y otras entidades, permitirá regionalizar la producción y mejorar la calidad de los productos derivados de la soja”, reseñó Rossi.
En rigor, destacó la importancia de este proyecto para la producción de alimentos de alta calidad y la defensa de los productos argentinos en el mercado global. Este proyecto, que llevó dos años de trabajo, será presentado oficialmente a fines de agosto o primeros días de septiembre.
Rossi también abordó la cuestión de la sostenibilidad en la producción de soja. Señaló que, aunque la soja como monocultivo presenta desafíos, su baja dependencia del nitrógeno es una ventaja significativa. En ese sentido, consideró fundamental la rotación de cultivos y las buenas prácticas agronómicas para mantener la producción sostenible y reducir la huella de carbono.
En tanto, destacó que la soja produce un 40% de proteína y un 20% de aceite, lo que requiere una transformación metabólica significativa de los recursos disponibles.
Aunque hoy ya no está tan presente, Rossi recordó que en los inicios de la producción de soja en Argentina había monocultivo de maíz, que causó una degradación severa de los suelos. Por eso subrayó la importancia de prácticas agronómicas responsables para evitar problemas similares.
En tiempos de crecientes regulaciones ambientales y comerciales internacionales, Rossi consideró que siempre el sector agropecuario ha enfrentado diversas críticas a lo largo de las décadas, desde el uso de agroquímicos hasta la deforestación en países del Mercosur. En ese sentido, planteó que muchas de estas críticas no consideran los avances tecnológicos y las buenas prácticas adoptadas por los productores argentinos, como la siembra directa y la reducción de la huella de carbono. “Las regulaciones unilaterales pueden ser desafiantes, es crucial fomentar el diálogo y abogar por decisiones basadas en evidencia científica”, subrayó.
Los desafíos del nuevo ciclo
En la campaña agrícola 2024-25 uno de los principales desafíos tiene que ver con el impacto del spiroplasma y la chicharrita en los cultivos de maíz. La propagación del spiroplasma llevó a una disminución en las áreas sembradas con maíz, y se incrementa la superficie dedicada a la soja. Rossi subrayó la importancia de la investigación y el desarrollo de estrategias de manejo integrado de plagas para mitigar problemas y asegurar la sostenibilidad de la producción.
Con respecto a la campaña agrícola 2024-25, Rossi expresó su preocupación por la incertidumbre que afecta al maíz debido a la plaga de la chicharrita y el spiroplasma. Se espera que la soja reemplace una parte significativa del área afectada.
A nivel global, la producción y los precios de la soja están influenciados por factores climáticos y políticos, especialmente en Estados Unidos y China. Rossi explicó que, aunque los precios han disminuido en un 23% en el último año, la producción de soja en Argentina podría alcanzar los 55 millones de toneladas si las condiciones climáticas son favorables. También mencionó la importancia de las elecciones en Estados Unidos y las decisiones de compra de China en el contexto del mercado global de soja.
Por último, el presidente de Acsoja destacó la importancia de la innovación, la cooperación y la ciencia para enfrentar los desafíos del sector. “Acsoja continuará trabajando para mejorar la calidad de la soja argentina y fortalecer su posición en los mercados internacionales, siempre promoviendo prácticas sostenibles y basadas en evidencia científica”, subrayó. (Por Patricia Martino/AgroClave)