Pese a la aparición de algunas adversidades climáticas y de la irrupción de enfermedades inesperadas que afectan a los cultivos, la cosecha 2023/24 será definitivamente mayor a la del ciclo previo, con una gran recuperación de los volúmenes de producción en el caso de la soja.
Según las distintas fuentes, relevadas por IERAL, de la Fundación Mediterránea, los volúmenes a cosecha de soja, podrían crecer más del 100% y se espera un desempeño bueno en el maíz, con una producción que probablemente terminará entre un 35% y 50% por encima de la del año pasado.
Con las estadísticas ya disponibles para el primer trimestre, considerando las últimas estimaciones de volúmenes a cosechar y tomando como referencia los precios esperados para lo que resta del año (FOB Bolsa de Cereales de Buenos Aires), se estima que las exportaciones brutas de granos y principales derivados industriales se estarían aproximando a los USD 32,1 mil millones en 2024, un crecimiento del 26% respecto del 2023 (+USD 6,5 mil millones).
El porcentaje de aumento de la producción de granos no luce tan impactante por la importante recuperación de los volúmenes, pero que se explica por un significativo retroceso en los precios internacionales.
Si en esta cuenta se netean las importaciones de soja, los envíos totalizarían USD 29,6 mil millones y la mejora asciende al 48% interanual, con un ingreso extra de divisas que se sitúa en el orden de los USD 9,6 mil millones
La temporalidad del impacto positivo de la mayor cosecha sobre la economía depende del ingreso de los granos al circuito comercial y de la decisión de venta del productor. Por hora se observa una comercialización de la cosecha, por ahora muy lenta .
En el caso de la soja, se había vendido sólo el 5% del volumen esperado a fines de marzo, un porcentaje bajo considerando un rango histórico de entre el 10% y 20%.
En la primera semana de abril, la comercialización mostró aceleración, pasando de 320 mil toneladas a 750 mil toneladas semanales (operaciones de venta con precio cerrado), una buena cifra para un promedio de 650 mil toneladas en últimos años.
En maíz se manifiesta algo parecido, a marzo, se llevaba vendido el 14% de la cosecha esperada, por debajo del rango medio histórico (entre 20% y 30%), y las ventas se aceleraron en la primera semana de abril (de 470 mil toneladas a 816 mil toneladas)
Respecto al poder de compra de los granos, se observa en general un deterioro en relación al año pasado, para distintos indicadores que se monitorean.
Según estimaciones propias, en el período abril – agosto, la soja y el maíz podrían ubicarse con bajas que oscilan entre un 30% y 20%, respectivamente, con respecto a la campaña del ciclo anterior en materia de su poder de compra de bienes y servicios básicos (canasta IPC).
En este escenario, de confirmarse, los valores entrarían en el podio de los peores registros de las últimas 22 campañas, solo siendo superados por los precios observados en los ciclos 2014/15 y 2016/17.
Por su parte, en términos de bienes construcción (costo del m2), en el caso del maíz, la relación de intercambio viene siendo bastante similar al promedio del año pasado, pero no así en soja, donde se observa un deterioro del 12%. (fuente Noticias AgroPecuarias)