Es uno de los sectores de la economía en el que se pusieron las mayores expectativas desde elcambio de Gobierno y la implementación de las primeras medidas económicas. Luego de la unificación del mercado cambiario y a poco de cumplirse 100 días de la eliminación de las retenciones a la exportación de maíz, trigo y la carne y la baja de las retenciones a la soja, los referentes del sector agropecuario ya hablan de un «cambio dramático» en la actividad.
CAMBIO EN LA ECUACIÓN
«La ecuación es muy buena», sintetizó Horacio Busanello, CEO del Grupo Los Grobo, al exponer en el panel sobre Agro de la Expo EFI 2016 (evento en el que El Cronista fue Main Media Partner y organizador de los seminarios sectoriales). «A pesar de la supercosecha de Brasil, los Estados Unidos y la Argentina, los precios son razonables porque la demanda de China es imparable.
Creo que la soja tiene un piso de u$s 300. Y los principales insumos, como el glifosato, bajaron 20% en dólares», agregó. El ejecutivo habla de crecimientos en superficie cultivada del 30% al 40% para el trigo, 30% para el maíz y 25% para el girasol. «El maíz se quedará con 1 millón de hectáreas que se las robó a la soja«, precisó Busanello.
«Precios se van a estabilizar»
Javier Racciatti, CEO Regional de Louis Dreyfus Company, coincidió en la importancia del cambio: «Los precios se van a estabilizar en el corto plazo. Y para el mediano y largo plazo somos muy optimistas. Vemos a los productores con otra actitud, invirtiendo más en tecnología y en maquinaria». Y destacó los avances que está realizando el sector para hacer realidad esa frase de convertir al «granero del mundo en el supermercado del mundo». Hoy el 80% de la soja se procesa, en aceites y harina. Nos queda hacer lo mismo con el resto, especialmente con la carne», advirtió el ejecutivo.
A la hora de realizar proyecciones sobre la economía de 2016, Busanello de Los Grobo distinguió entre dos sectores de la Argentina: «La agricultura tendrá un crecimiento más alto, arriba del 10% por el efecto derrame que tiene en la economía. Mientras que la industria va a progresar, pero más lento». Según su visión, «el tema es de dónde venimos. Al administrar la transición con tasas altas, la actividad industrial y el consumo se van a resentir. Es una herramienta para el corto plazo».
Con respecto a los precios de los commodities, la expectativa es de recuperación. «Va a depender mucho de la cosecha americana en el corto plazo, pero han encontrado un piso y comenzaron a rebotar», opinó Racciatti. Para las economías regionales los cambios, sin embargo, no son aún tan visibles. Según Carlos Herminio Blaquier, presidente de Ledesma, se requieren varias medidas que impulsen el desarrollo del NOA, por ejemplo.
«Noroeste argentino es otro mundo»
Además de inversión en la infraestructura, ya que fue casi nula en el Ferrocarril Belgrano y la Ruta 34, también destacó que se requieren incentivar la formalidad laboral, las inversiones en productos de alto valor agregado y atenuar el perjuicio de la distancia con los grandes centros de consumo y los puertos. «El Plan Belgrano, si se hace bien, va a ser un cambio fundamental», opinó. «El Noroeste argentino es otro mundo. Los problemas para la Pampa Húmeda son exponenciales en el NOA», aseguró Blaquier.
Daniel Indart, presidente de la Federación Argentina de Entidades Empresarias de Autotransporte de Cargas (Fadeeac), también coincidió en el reclamo de obras de infraestructura, especialmente en los caminos regionales, «una falencia de años». El directivo afirmó que hoy hay 6110 camiones estacionados en las inmediaciones del puerto de Rosario. Otro reclamo fue la agilización de los pasos en las fronteras. «Si se cumplen las proyecciones de producción de 120 millones de toneladas, vamos a otro Belgrano Cargas y 100.000 camiones más en las rutas, señaló. «Estamos en el buen camino y frente a una oportunidad histórica. Llevamos 110 días, aunque parezcan tres años«.