La escasez de agua se sigue haciendo notar en amplias zonas del país. «La primavera ya pasó en términos forrajeros; no ocurrió la explosión de pasto de octubre, sino que se redujo significativamente la producción, especialmente de las alfalfas, que ya se encaminan hacia la floración. Para las decisiones ganaderas hay que ponerse la camiseta del verano», grafica un técnico que trabaja en la región núcleo.
En tanto, los maíces tempranos ya cuentan con tres o cuatro hojas. Por ahora, su desarrollo es normal, porque el consumo de humedad es limitado en esos estadios. «Los recuentos de plantas dan bien y por ahora no se avizoran problemas serios», observa el asesor. No obstante, aclara que la campaña avanza con poca agua almacenada y que los cultivos no podrían esperar que las próximas lluvias se produzcan recién dentro de tres o cuatro semanas
Para la implantación de soja los productores siguen esperando nuevos chaparrones que permitan poner en condiciones camas de siembra que aseguren la germinación. Mientras ese proceso se concreta están analizando si se vuelcan a un modelo de alta producción de siembra temprana con cultivares de grupo IV corto, de floración y cosecha también tempranas, o a un modelo más defensivo, con una variedad V larga que llegue el estado R4 en febrero.
En la comercialización también hay diferentes comportamientos: algunos productores están tomando puts o concretando ventas futuras por una parte importante de la producción para asegurar un resultado, mientras que otros tienen una actitud más expectante, luego de haber vendido anticipadamente trigo a US$160 por tonelada, sin poder aprovechar los precios que se ofrecen hoy, del orden de 220 dólares.