Por la pandemia del coronavirus, el sector de la carne porcina está viendo ralentizada toda su cadena productiva. Algunos frigoríficos han bajado los niveles productivos, también las ventas para el consumo local y las empresas están atentas por las exportaciones.
El año pasado, la producción de carne de cerdo se ubicó en 629.717 toneladas res con hueso, el consumo interno por habitante fue de 14,58 kilos y las exportaciones alcanzaron las 25.575 toneladas, entre otros indicadores.
Aunque todavía faltan los datos de marzo y lo que termine sucediendo en abril, según el Ministerio de Agricultura de la Nación, en enero y febrero de 2020, versus igual período de 2019, el consumo interno bajó un 3,6%, a 13,84 kilos/habitante/año. En tanto, los dos primeros meses del año mostraron una suba del 44% en las exportaciones contra igual lapso de 2019, a 4842 toneladas peso producto.
Guillermo Proietto, gerente del Consorcio Argenpork, le dijo a LA NACION que, si bien las exportaciones a China se están reabriendo de a poco (la Argentina comenzó a vender a ese destino el año pasado), luego de que este país tuviera cerrada los puertos por el coronavirus, los criaderos podrían verse perjudicados en el mediano plazo por la falta de fluidez que está teniendo en este momento el mercado para esta carne.
«El consumo en el mercado interno ha bajado mucho porque se ven las dificultades de colocar los cerdos en pie en los frigoríficos. Los distribuidores y todo el canal está siendo afectado por la pandemia y, como consecuencia, se está cerrando el consumo local», dijo Proietto.
Sobre cómo está la cadena productiva, añadió que los criaderos están complicados en este momento porque el productor no puede colocar con fluidez la carne en los establecimientos. «Todo el sector de la producción empezó a tener problemas dramáticos como reducción de los planteles productivos y las consecuencias se van a notar en el mediano plazo», observó.
«Los únicos establecimientos que están vendiendo con fluidez son a los supermercados, que son los que están adquiriendo mayormente los productos. Pero, en general, el mercado local está resentido. Me refiero a los restaurantes y lugares donde se consume directamente el producto», añadió.
También indicó que, por el impacto del coronavirus en Europa, adonde también se envía la carne porcina, está empezándose a notar una baja. «Se está exportando, pero estamos viendo que en Europa está empezando a impactar (la caída de consumo y demanda). Los saldos exportables están teniendo un menor consumo», afirmó.
«China es el principal mercado para la carne argentina, así que estamos esperando que mejore la situación, aunque sabemos que a ellos se les sobreofrece, porque está habiendo más oferta de todos los mercados mundiales a los chinos y no sabemos hasta cuando», sostuvo.