Se reducen los casos de carbunclo en Buenos Aires

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Si hay una buena noticia para contar es que en los últimos años los brotes de carbunclo vienen disminuyendo, al menos en la provincia de Buenos Aires.

Pero ese resultado es mérito de una serie de prácticas que se vienen realizando, que tienen como base la vigilancia y la vacunación de los bovinos. Tarea que involucra, además del veterinario y al productor, a las autoridades sanitarias.

Rodolfo Piedrabuena es médico veterinario, consejero del Colegio de Veterinarios de la provincia de Buenos Aires (CVPBA) y presidente del Distrito 10, de la institución con sede en 25 de Mayo. Además, es uno de los coordinadores de la Comisión de Grandes Animales.

“Vemos un panorama alentador respecto del Carbunclo en la provincia de Buenos Aires y mucho mejor que hace siete u ocho años atrás. En 2013 hubo 31 casos confirmados y denunciados ante el Senasa. En 2018 se detectaron cuatro brotes, mientras que en 2019 solo hubo dos brotes y en 2020 se reportó un solo caso(números parciales)”.

Baja

La sustancial baja de casos de la enfermedad se produjo porque las autoridades sanitarias bonaerenses rescataron una ley de 1961 que obligaba a todos los productores a vacunar contra la enfermedad.

En una charla con NAP, el médico veterinario atribuyó la aparición de casos de Carbunclo a la vacunación parcial del lote.

El Carbunclo, Antrax, Grano malo o enfermedad de Cumberland, es considerada una zoonosis.

Se trata de una enfermedad infectocontagiosa aguda, que impacta de forma directa en la sanidad de los rodeos bovino.

Esta enfermedad se encuentra diseminada en casi todo el mundo y es responsable de importantes pérdidas económicas.

“La bacteria aparece como una espora, forma una especie de pelotita y es transmitida por el agua”, amplió el Médico.

Cuando aparece un caso de carbunclo en un campo cercano a un arroyo o laguna con entrada de agua se recomienda vacunar a todos los rodeos que se encuentren aguas arriba y aguas abajo, amplió el veterinario.

”Es una responsabilidad del productor, del profesional y de las autoridades vacunar y evitar la aparición de casos. La única protección contra esta enfermedad es la vacunación”, insistió Piedrabuena.

Recomendación

La vacunación de los animales se realiza a partir de los 18 meses de edad, se efectúa en forma anual e independiente del estado fisiológico del vacuno. Sobre todo en las hembras y, en todos los campos.

En el caso de los denominados “campos malignos” por registrar antecedentes, se debe vacunar dos veces al año.

Las mediciones anuales de la detección de casos se realiza de abril a abril y la vacunación, a partir de 2020, se inicia en marzo. Hasta 2019 se comenzaba en mayo.

Los profesionales y los laboratorios que toman conocimiento de la presencia de un caso de carbunclo tienen la obligación de denunciarlos. Luego el Senasa interdicta a ese campo por 15 días y obliga a vacunar todas las categorías de vacunos. Inclusive en las explotaciones vecinas.

La enfermedad afecta a los bovinos, a otras especies y es transmisible al hombre. Por este motivo, desde el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires resaltan la importancia de la vacunación de los rodeos bovinos, teniendo en cuenta que es la mejor forma de prevenir la enfermedad.

La vacunación debe estar certificada y aplicarla con la supervisión de veterinarios matriculados con el fin de cuidar la salud pública.

Por otra parte, el Colegio de Veterinarios bonaerense recomienda “evitar la manipulación de animales muertos con sospecha por carbunclo, no deben cuerearse, ni arrastrarse a otros lugares.

Además, se debe prevenir el contacto con predadores los cuales pueden ser fuente de diseminación del agente etiológico”.

Asimismo, instan a “remitir muestras de estos animales siguiendo el protocolo y el envío a laboratorios de referencia para realizar un correcto diagnóstico y actuar en consecuencia con las autoridades sanitarias”.

Respecta a los seres humanos, el carbunclo se manifiesta de distintas formas según la vía de ingreso de la bacteria al organismo. Puede ser Carbunclo dérmico o “grano malo”, cuando la bacteria ingresa a través de la piel; Carbunco digestivo o intestinal, que se adquiere a través del consumo de alimentos contaminados; y/o carbunco respiratorio o pulmonar que se contagia por la inhalación de esporos. (fuente Noticias AgroPecuarias)