El banco de semillas de malezas que no germinó durante la temporada pasada, debido a la sequía, puede causar inconvenientes en la presente campaña, siempre y cuando, las precipitaciones pronosticadas por los expertos sean una realidad.
En ese marco, Martín Marzetti, titular de la empresa de asesoramiento técnico La Huella, explicó que se esperan buenas condiciones para el control de malezas debido a los pronósticos favorables de precipitaciones.
Recomendaciones
“Vamos a tener que utilizar herbicidas muy eficaces, con buena residualidad y estar encima de los lotes para detectar escapes y poder aplicar. Para estas situaciones, no basta con adoptar productos buenos, hay que controlar muy bien porque la presión de malezas será tan alta que los escapes pueden estar”, advirtió a Infocampo, en el marco de una jornada de Adama en Funes, Santa Fe.
Por otra parte, dijo que la fitotoxicidad de los herbicidas por la sequía no deja de ser un problema en el campo.
“Al haber tan pocas precipitaciones hay herbicidas que se degradan, sobre todo en condiciones de humedad, y entonces pueden seguir generando fitotoxicidad al cultivo”, aclaró el entrevistado.
De hecho en la actual campaña de trigo se observan algunos cuadros con carryover. Es decir daños de herbicida aplicado hace un año que se mantuvo en secano.
“Transitamos un ciclo donde pueden verse efectos negativos de la sequía pasada. La fitotoxicidad es uno de ello. En años normales no se ve nada, pero actualmente comienzan a notarse efectos extraños provocados por la falta de lluvias”, comentó Marzetti.
Control y tratamiento
En el caso de que aparezcan nuevas malezas que constituyan un peligro para la producción, Marzetti metaforizó que deben aplicarse prácticas “quirúrgicas” para su erradicación.
“Apenas las veamos aparecer, hay que usar herramientas para quitarlas una por una, ya sea con una mochila a mano, con una azada, con maquinaria o bien con las tecnologías más modernas de aplicaciones selectivas que únicamente arrojan el herbicida cuando escanean y detectan la maleza”, ejemplificó el asesor privado.
De esta manera –amplió– se evita al máximo posible el riesgo de que la colonización avance y haya que terminar con controles totales; es decir, debiendo aplicar en cada campaña herbicidas de manera generalizada en todos los lotes enteros.
En cuanto a las especies que ya tienen antecedentes en los lotes, la apuesta también debe ser “quirúrgica” para evitar uno de los peores males que hubo en los últimos años: la multiplicación de casos de tolerancia y resistencia a distintos principios activos, como consecuencia del mal uso y abuso de algunos tratamientos químicos.
“El año pasado, en lotes continuos, tuvimos que hacer prácticas diferenciales. El control de malezas varío según la situación, incluso dentro del mismo lote. Por ello, las prácticas quirúrgicas, con acciones diferenciarles, son una herramienta indispensable en la lucha contra las malezas”, afirmó Marzetti.
Menos impacto ambiental
En tanto, para reducir el impacto ambiental, se recomienda disminuir la cantidad de herbicidas utilizados y utilizar estrategias de control alternativas. Las aplicaciones selectivas de agroquímicos, los cultivos de cobertura y la rotación de siembra son algunas de las estrategias.
“Para bajar el impacto ambiental, una estrategia es bajar la cantidad de herbicidas, y la otra es usar herbicidas de menor impacto”, dice el asesor, quien resalta: “Hay herbicidas que tienen menor impacto que otros y son más eficientes. Entonces, hacer menos aplicaciones y barbechos más cortos, complementando con rotación de cultivos o cultivo de servicio es una gran opción”.
Por otra parte, ponderó a adopción de aplicaciones selectivas para reducir el impacto en el ambiente. “Las aplicaciones selectivas, mediante una máquina que aplica solo donde hay malezas nos permite ahorrar hasta un 80% de herbicidas, y por consiguiente, el ambiente se beneficia de manera notable”, concluyó. (fuente Infocampo)