Por razones climáticas, el maíz tardío, que venía creciendo en superficie en Argentina, el último año fue la opción más elegida por los productores.
Según la Red de Maíz Tardío de la Asociación Argentina Productores en Siembra Directa (Aapresid), en el último ciclo las siembras tardías ocuparon tres millones de hectáreas. En Córdoba, que es la principal productora del cereal, cuatro de cada cinco hectáreas se implantaron después de noviembre, de acuerdo con la Bolsa de Cereales provincial.
Pero eso demanda algunos ajustes agronómicos y saber responder a preguntas clave. Por ejemplo, para quienes ya tienen el cultivo listo para cosechar, pero con alta humedad de grano: ¿Conviene pagar gastos de secado o esperar con el cultivo en pie hasta fin de julio o agosto y afrontar los riesgos de pérdida de rinde y calidad que esto conlleva?
Ese fue uno de los temas de la Agenda Aapresid de Mayo, un encuentro mensual en el que especialistas del agro debaten temas de actualidad, y que contó en esta oportunidad con la participación de Federico Larrosa (KWS), Facundo Ferraguti (Inta), Anibal Cerrrudo (Inta) y Marcelo Arriola (productor Aapresid).
1. Perspectivas climáticas
Secar el grano en planta hasta finales de invierno puede implicar riesgos para la calidad y rendimiento: enfermedades y grano dañado (los daños por hongos se duplican en los 100 días posteriores a madurez fisiológica), quebrado de plantas por acción de vientos y lluvias y la removilización de asimilados (que aumentan hasta 26 por ciento en los 100 días posteriores a MF). Tener en cuenta qué deparará el clima puede ser entonces un primer paso para elegir una estrategia u otra.
2. Costos de secado versus mermas por calidad
Si se tienen en cuenta únicamente los costos de comercialización, Facundo Ferraguti asegura que conviene secar el grano en planta y pagar mermas de calidad que cosechar húmedo y pagar gastos de secado. A esto se suma que puede ser difícil encontrar acopios que reciban granos con 20 por ciento de humedad.
3. Genética del cultivo
Ciertos materiales pueden tener mayor tendencia a generar pérdidas durante un secado prolongado. Los atributos del genotipo que influyen en este sentido pueden ser: plasticidad ante cambios en densidad, “integridad a cosecha” y perfil sanitario. El largo de ciclo pierde relevancia pues las condiciones ambientales en que se da el secado tienden a equiparar los días de duración de esta etapa entre híbridos de distinto ciclo.
Materiales de alto potencial de rinde tienden a movilizar más nutrientes desde el tallo para llenar granos, lo que los hace más débiles ante la acción del viento. Una buena nutrición en llenado es clave para bajar el impacto de la removilización y mantener tallos fuertes.
4. Presencia de malezas difíciles
Debajo de un maíz que se seca a campo proliferan malezas que no se controlarán hasta después de la cosecha. Esto aumenta los costos en herbicidas, que no impactan en el margen de ese maíz pero sí en el o los cultivos siguientes. Esto sin contar los costos ambientales y de presión de selección que implica atacar un problema ya instalado en el lote.
5. Precio del maíz
Las cosechas tempranas suelen coincidir con mejores precios (menor oferta a nivel mundial) mientras que las tardías suelen encontrar precios a la baja (Estados Unidos ya tiene estimaciones de siembra acertadas y arranca la cosecha en Brasil).
6. Incidencia de micotoxinas
Inta muestra que la presencia de deoxinivalenol o DON (micotoxina producida por F. graminearum) en el grano aumenta de cinco a 100 partes por millón en los 100 días posteriores a madurez fisiológica, cuando su tolerancia en rumiantes es de 10 partes por millónes. Estas micotoxinas provocan caídas en el consumo, inmunosupresión y enfermedades que impactan en la productividad ganadera. En humanos la tolerancia es de 1,75 partes.
7. Impacto en la sustentabilidad
Cosechar temprano deja la posibilidad de hacer un cultivo de servicios (CS) o incluso un trigo. Comparado con un maíz secándose en el campo, plantas en activo crecimiento capturan más carbono y mejoran el suelo: es una inversión para mejorar “la maceta”.
Según Arriola, “el maíz tardío obliga a salir de la ‘anualización’ a la hora de pensar el sistema de producción; es otra excusa para dejar de medir resultados en términos de cultivo o campaña y pensar en el sistema”.
Como ejemplo, citó que en suelos texturales Si lo anterior no alcanzaran para mostrar esto, ejemplifica: en suelos texturales (como los de Pergamino) hacer un cultivo de servicio en lugar de tener un maíz que no hace más que secarse en el lote, evita el lavado de nitrógeno por lluvias en un equivalente a 160 kilos de urea. (fuente AgroVoz)