Si bien el precio de la soja bajó, todavía muestra rentabilidad y aún proyectan subas. Recomiendan esperar para vender.
Seguimos operando en un mercado en el que prima la debilidad. Se aproxima la recolección de maíz y soja de EE.UU., y la cosecha será muy grande. La presión de oferta se va a hacer sentir. La pregunta es cómo sigue luego la historia.
Si bien el corto plazo es negro para ambos cultivos, ya que hasta que no se supere el grueso de la trilla en EE.UU. a fines de octubre, no podemos esperar signos positivos, la soja tiene algunos condimentos a considerar.
En primer lugar, la demanda sigue muy activa, y una vez que los especuladores digieran la idea de la gran cosecha norteamericana, recortando sus posiciones compradas, este hecho atraerá la atención de los operadores.
Pero luego veremos las perspectivas sudamericanas. Comenzando por Brasil, donde año a año se viene volcando más superficie de soja, las dificultades financieras, y los altos precios del maíz podrían llevar a que, si se produce un incremento, éste sea menor. Y por el lado de la Argentina, a medida que se va cumpliendo el vaticinio de un maíz debilitado y una soja con más chances, la decisión de los productores entra en revisión, y hoy se habla de un pasaje de superficie de soja a maíz mucho más chico que el inicial.
Luego veremos el mercado climático. Hoy en la Argentina sobran reservas. Pero se espera una Niña y esto hará que en enero falte humedad, la cual es crucial para el rinde de maíz y soja.
Además, si bien EE.UU. tendría mucha soja, los stocks consumo mundiales son más bajos que el año pasado. Vamos a ver por esto un mercado que más adelante podría dar chances.
Por el lado del maíz, la cuestión es más complicada. El aumento de producción de EE.UU. se daría en un contexto donde también hay gran oferta internacional. Y la preponderancia de EE.UU. en este mercado es muy fuerte. Lo que ayuda a que los precios del maíz no caigan más fuerte es que Brasil tuvo un problema serio con la cosecha tardía, se quedó sin maíz y está por un lado cancelando exportaciones y por el otro, importando. Pero este elemento es de corto plazo. Después cuando llegue la producción americana tendremos un problema.
En el caso del trigo, está entrando la cosecha de Europa del Este, y esto deprime los precios. Para colmo Egipto volvió a instaurar su política de cero tolerancia a contaminación con hongos, lo cual en la práctica lo retira del mercado de compra, en momentos en que la oferta es enorme.
MERCADO LOCAL
Trasladando todo esto al plano local, hay que tener presente que las cuestiones financieras de los productores están acomodadas. No hay urgencia por vender para generar dinero. Sí podría haber algún apuro en quienes debieron guardar soja o maíz húmedos en bolsa, y saben que tenerlos en esas condiciones por mucho tiempo es riesgoso.
Igualmente, la oferta sería menor en la segunda parte del año. La demanda, en tanto, en el caso de soja está presente del lado de las industrias, pero como viene pasando estos últimos años, no operarán a contramargen. Prefieren bajar la molienda antes que eso. En maíz, la demanda está más retraída, porque la cola de barcos por cargar que superaba los 3,3 millones de toneladas ahora está en menos de 1 millón de toneladas. Sin embargo, los exportadores tienen Declaraciones Juradas de Venta al Exterior por 3 millones de toneladas más que compras realizadas. Deberán salir a comprar.
En tanto para las posiciones de cosecha nueva, el valor del maíz bajó a precios que ya están cerca de los pisos que imaginamos. Quizás tenga más sentido ahora esperar a ver si cuando nos acerquemos a la cosecha nueva, el mercado empieza a pensar nuevamente en el riesgo productivo norteamericano.
En el caso de la soja los precios han bajado, pero están en niveles que generan rentabilidad. De todas formas, podríamos ver precios más altos, y no deberíamos apurarnos con las ventas.
Finalmente el trigo, donde el interés comprador bajó, y la caída de precios externos afectó la paridad del cereal de cosecha nueva. Ante esto ahora es preferible mirar los valores julio que valen 20 dólares por tonelada más que los de enero.
(*) Del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
Por Dante Romano* | Ambito Financiero