Situación de crisis en los productores integrados de pollos

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Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) advirtió en un comunicado por la “situación extrema y delicada” que atraviesan los productores integrados de pollos.

Se trata de aquellos que reciben los pollos recién nacidos y, dentro de instalaciones propias, los crían durante un período de 46 a 50 días, para obtener un pollo de un peso promedio de unos tres kilos.

Antes del nacimiento del ejemplar, existe un proceso de incubación de 21 días que se realiza en establecimientos de una empresa integradora, que interviene en los dos extremos de la producción avícola, ya que es la encargada también de la faena, que tarda no más de un día, para que el producto llegue a los consumidores.

Por este motivo, el proceso que en total demora unos 72 días, tiene su mayor período en manos del productor integrado: alrededor del 70 por ciento del tiempo que lleva gestar un pollo y que llegue a las góndolas es la crianza.

Precios bajos

Sin embargo, el problema es que el precio que están recibiendo los productores integrados por su trabajo no alcanza para cubrir las necesidades de la actividad.

Según CRA, entre junio de 2020 y el mismo mes de este año, mientras el pollo vivo subió 198 por ciento, a los productores de Buenos Aires les pagaron solo 48 por ciento más; y a los de Entre Ríos, 35,7 por ciento.

En este marco, CRA aclaró que la incidencia de los granos en el precio final del animal no es tan alta como usualmente se menciona: el alimento balanceado, compuesto por un 60 por ciento de maíz y un 20 por ciento de soja, solo representa 27,7 por ciento en el valor del pollo; es decir, no es un componente de los costos que pueda incidir por sí solo en la cifra que paga un consumidor.

“De acuerdo a la Comisión de Avicultura de CRA, para dar una explicación de por qué no se invierte en la renovación y/o ampliación de las instalaciones de cría, se lo debe atribuir a que el productor constantemente es descapitalizado con el pago que se le otorga por la crianza de los pollos, los cuales en ciertas épocas del año (invierno) no alcanza para cubrir los costos de producción”, acusó CRA.

Como ejemplo, citó que en esta época del año se gastan aproximadamente 0,3 litros de gas por pollo, que equivalen a 12,56 pesos por pollo; más el sueldo de los empleados con cargas, que inciden en 8,29 pesos.

Es decir, que solo esos dos ítems significan 20,85 pesos de costo, a los que deben agregarse los gastos de combustibles, administrativos y bancarios, energía eléctrica, repuestos para mantenimiento de instalaciones, mano de obra externa para efectuar reparaciones, mantenimiento de calles (materiales y máquinas) y erogaciones financieras.

El problema es que reciben apenas 21 pesos por pollo y el cobro se realiza a los 60 días de entregada la crianza: significa que desde el momento en que se produce el mayor gasto (el mayor consumo de gas se produce al principio de la crianza), hasta el momento que se recupera parte de los mismos mediante cobro de crianza, pasan entre 90 a 110 días. Un costo financiero que asume el productor.

Según CRA, estas condiciones permiten comprender por qué “aunque haya líneas de créditos blandas, ningún productor las toma, simplemente porque no las puede pagar”.

Sin respaldo

En paralelo, otro problema que se suma es que es una producción que se mueve sin que haya contratos formales entre las partes.

Por ese motivo, una empresa puede decidir a su gusto no entregarle pollos al productor al retirar la última crianza, mientras que este al tomar un crédito se obliga a su devolución, independientemente de que crie o no pollos, por supuesto garantizando la devolución del mismo, hipotecando su propiedad.

Al respecto, CRA recordó que se presentó en la Cámara de Diputados un proyecto de Ley de Integración, para formalizar pautas que sean cumplidas por ambas partes que operan en el mercado de la carne avícola, sin que lograra avanzar en el debate parlamentario.

“Para tener una idea más acabada de por qué faltan de inversiones, se debe comentar que la mayoría de los elementos empleados en la construcción de los galpones y su equipamiento interno, para cría de pollos parrilleros, tienen su valoración en dólares, inclusive la chapa y el hierro empleado en la construcción de las estructuras”, advirtió Confederaciones Rurales.

Y remató: “Es por todo esto, que sencillamente el productor integrado de pollos se encuentra en una situación extrema y delicada”. (fuente AgroVoz)