Soja: las enfermedades de fin de ciclo están al acecho

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Luego de una semana bajo agua, y ante el pronóstico de nuevas precipitaciones, la Red de Manejo de Plagas (REM) de Aapresid dialogó con la especialista Cristina Palacio acerca de las enfermedades que se vienen observando en el cultivo de soja y cuáles son los principales desafíos que enfrentan los productores.

Cristina Palacio es Ingeniera Agrónoma, MSc. en Genética Vegetal, y actualmente se desempeña como Prof. Ad. de Fitopatología en la Facultad de Agronomía de Pergamino (UNNOBA) y como directora del laboratorio de Sanidad Vegetal SIEF.

Estado general del cultivo y estadíos iniciales

“Nos encontramos ante un panorama complejo, con cultivos de soja estresados, con menos vainas, menos flores y menos estructura de planta, donde resulta crítico cuidar el follaje que nos queda”, advirtió. En este contexto, la especialista resaltó la importancia del uso de tecnologías y la necesidad de priorizar el monitoreo y el control oportuno para lograr que los cultivos atraviesen bien su período crítico y de llenado de granos. “Cuando los cultivos están estresados es cuando más responden a la tecnología, en relación a aquellos que tienen todo a su favor, que están en un ambiente favorable y en una zona de alto potencial”, agregó.

En medio de una campaña agrícola marcada por fuertes sequías, debido al fenómeno meteorológico de la “Niña”, Palacio comentó que en los estadíos iniciales del cultivo se observó muerte de plantas aisladas con síntomas de Fusarium en implantación –Damping off-, con plántulas que si bien ya habían cobrado desarrollo, ante el estrés generado por este complejo de hongos del suelo terminaron muriendo. También , en zonas puntuales de bajos, se registró muerte por Phytophthora, sin embargo dadas las condiciones de sequía los síntomas dejaron de manifestarse.

Fin de ciclo bajo la lupa

En las últimas recorridas, ya con el cultivo más avanzado, la especialista comentó que se registraron enfermedades vasculares y, en mayor medida, enfermedades abióticas -debido a las altas temperaturas y radiación-, entendiéndolo como un desorden fisiológico en la planta que se visibiliza como un estrés general, con hojas quemadas, no solo en el estrato inferior sino en todos los niveles de la planta, así como elevado aborto de flores y vainas en R3.

Por otro lado, “ya empezaron a aparecer las enfermedades foliares de siempre, que ante un cultivo estresado atacan con mayor severidad”, agregó. En este sentido, según datos de la encuesta REM de la campaña 20/21 realizada a socios Aapresid de todo el país, las principales enfermedades detectadas en el cultivo de soja fueron mancha marrón (Septoria glycines), tizón de la hoja (Cercospora kikuchi) y mancha ojo de rana (Cercospora sojina), las denominadas enfermedades de fin de ciclo (EFC).

Monitoreo, la clave

Las plantas estresadas, llegan debilitadas a los estadios finales de su desarrollo y frente a las EFC los daños podrían ser mayores que los esperados para una planta sana y vigorosa.

La especialista recomendó poner el foco en el monitoreo, especialmente en aquellos lotes con rastrojo de soja de la campaña anterior, donde es más probable que se encuentren inóculos de Septoria. Un buen seguimiento del cultivo permitirá una detección temprana y un control oportuno de las enfermedades, logrando así salir airosos de una campaña no apta para cardíacos. (fuente AgroClave, diario La Capital)