Cuenta regresiva para que comience la siembra de la mayor parte de la superficie de soja. Los productores ajustan estrategias de manejo y entre las decisivas de los últimos días está el barbecho químico corto.
Las malezas siguen expandiéndose. Suman hectáreas colonizadas en todas las zonas del país. Así lo dejó en claro una última encuesta sobre 29 millones de hectáreas que hizo la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).
Este trabajo dejó en evidencia que el cuidado de la tecnología debe ser una tarea prioritaria en el contexto actual. En este sentido, siguen conociéndose nuevos casos de resistencia a determinados principios activos, como consecuencia de la falta de adoptación de prácticas de diversificación mecanismo de control.
“Hasta ahora, viene un poco demorada la práctica de los barbechos químicos cortos para soja ya que faltaron las lluvias”, dice Andrés Cogliati, asesor técnico especializado en malezas.
Un buen barbecho es el resultado de un manejo global con herbicidas residuales, que comienza en invierno, sigue en primavera y termina en la preemergencia del cultivo, para llegar al momento de la siembra con el campo libre de competencia.
Con el regreso de las lluvias durante las primeras semanas de octubre, se iniciaron los flujos de emergencia de malezas muy problemáticas en la zona central del país, del género Chloris, también Echinochloa colona (capín) o yuyo colorado.
“El objetivo del barbecho primaveral es tener controlado ese primer flujo de nacimientos con la aplicación de residuales”, aclara Cogliati, que es parte del equipo de investigación y desarrollo de ROTAM.
Por eso, el técnico recomienda productos puntuales.
En el caso de la maleza más extendida en los campos argentinos, el yuyo colorado, Cogliati aconseja Tuken, el cual tiene como principio activo el Diflufenican.
Aporta flexibilidad al manejo; es un mecanismo de acción alternativo a los herbicidas PPO, además tiene baja solubilidad, lo cual implica que permanece en el suelo para optimizar el control y también es el único Diflufenican del mercado con ‘banda verde’”, explica el técnico.
Asimismo, la acción de este producto puede complementarse con la de otro herbicida residual, que permite optimizar el manejo de las malezas de hoja fina primaverales.
“Con Sulfomet (mezcla de dos ingredientes activos, sulfometuron y metsulfuron-metil, en un único gránulo) se amplía la residualidad, contas con mayor espectro de control, inclusive controlando ‘maíz guacho’. Este herbicida, al ser una mezcla química, es más eficaz en los controles ya que cuenta con los dos ingredientes activos en el mismo gránulo”, admite el técnico.
De acuerdo a lo que puntualiza Cogliati, siempre que sea posible, es importante ejecutar el control sin el cultivo en pleno crecimiento porque, de lo contrario, con el plantío en pie cambian las variables de manejo y las estrategias disponibles son más acotadas. En estos casos, la eficacia depende de la cobertura del cultivo y del tamaño de la maleza.
Los barbechos cortos son desafiantes, hay que ser eficiente con poco tiempo. Por eso, los productos eficaces son garantía de control. (fuente Infocampo)