Soja: por la crisis, podría caer otra vez el mercado formal de semillas

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En 2014, sólo el 15% de la superficie se hizo con semilla fiscalizada, comprada a las empresas; alertan que habría una nueva baja por un recorte en la inversión del productor.

 

La crisis en el campo, con pérdida de rentabilidad de los productores, amenaza con volver a achicar el mercado de semillas fiscalizadas en soja, como ya ocurrió el año pasado, según advierten empresas del sector.

En la campaña 2014/2015, de 20,6 millones de hectáreas que se sembraron con el cultivo sólo un 15% se hizo con semilla fiscalizada, es decir, semilla que los productores compraron a las empresas del rubro. Fue el porcentaje más bajo de la historia, de acuerdo con la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA).

Otro 14% de la superficie correspondió a regalía extendida, alternativa por la cual el productor que se guarda semilla paga un canon a la empresa cuando vuelve a sembrar. El resto de la superficie, más del 70%, se repartió, aunque con porcentajes difíciles de determinar, entre la «bolsa blanca» o semilla ilegal, multiplicada y vendida ilegalmente, y el uso propio, modalidad contemplada por la ley actual que permite al productor guardarse parte de la semilla que cosechó para sembrar al año siguiente.

En trigo, este año el mercado fiscalizado sufrió también un cimbronazo. De un 30% en 2014 cayó a un 15%. el valor más bajo de la historia para la semilla fiscalizada.

En este contexto, empresas del sector tienen la sensación de que, con el fin de recortar gastos, ante la próxima siembra de soja, que empezará en octubre, el productor podría comprar menos semillas fiscalizada y usar más la de propia producción.

«Es un año difícil para el productor, que busca gastar lo menos posible. Cayó el volumen de la semilla fiscalizada; creemos que este año va a estar más bajo», dijo Pablo Autilio, director global de semillas de Louis Dreyfus, una de las mayores cerealeras que operan en el país, que acaba de lanzar «Macro», su línea de productos en semillas, agroquímicos y fertilizantes.

Esta firma vendió 600.000 bolsas de soja en 2014, considerando los mercados de la Argentina, Paraguay y Uruguay, y ahora estima 500.000 bolsas, una caída a tono del contexto local.

Según Autilio, la venta de semillas de fiscalizadas en soja «está atrasada» y acusa, respecto de igual fecha del año pasado, un 25% menos. En la empresa remarcaron que la falta de una nueva ley para la propiedad intelectual en semillas, algo que había prometido el Gobierno, «hace que elmercado fiscalizado no crezca».

Pese al momento actual, en la firma destacaron que tomaron una decisión de inversión «para el largo plazo». Y con «Macro», que agrupa en una sola marca sus productos, buscan una mayor integración con su red de acopios y estructura comercial. El año pasado Dreyfus facturó en el país $ 21.424 millones de pesos. Su negocio de semillas, que ya se posicionó tercera en soja luego de Don Mario y Nidera, lo hizo por 130 millones de pesos.

Alfredo Paseyro, presidente de ASA, admitió que hay «elementos bajistas» que podrían hacer caer el mercado fiscalizado en soja. Al respecto, citó la caída de los precios internacionales y los costos de producción. «Por costos, el productor va a usar la tecnología más barata», opinó.

FACTORES ALCISTAS

No obstante, señaló que hay también «elementos alcistas» que abren una esperanza para que pueda recomponerse el mercado de la semilla fiscalizada.

Uno de esos factores es que entró en vigor una normativa del Instituto Nacional de Semillas(Inase) que creó un registro de usuarios de uso propio. Allí el productor deberá declarar el origen legal de la semilla utilizada. De acuerdo a Paseyro, esto podría motivar a los productores a comprar más semillas fiscalizadas para adecuarse.

El otro factor es la nueva tecnología Intacta, de Monsanto, resistente a insectos, que motivaría al productor a incrementar el uso de esta tecnología comprando más semilla fiscalizada.

«El nuevo requerimiento del Inase debería generar un reordenamiento del mercado legal«, opinó Manuel Mihura, presidente de la Asociación Argentina de Protección de las Obtenciones Vegetales (Arpov). Para este directivo, la semilla fiscalizada está más barata que el año pasado. En su opinión presenta una relación de costo similar a usar semilla propia, pero respaldada por la calidad, la tecnología y la garantía de las empresas que invierten en investigación.

SITUACIONES QUE AFECTAN LA INVERSIÓN

  • Según los productores, la pérdida de rentabilidad como consecuencia de la baja de los precios y las retenciones los lleva a recortar al máximo los gastos
  • Esto ya influyó el año pasado sobre el mercado fiscalizado en soja, que tuvo el porcentaje más bajo de la historia
  • La falta de adecuación de la ley de semillas afecta, según las empresas, el reconocimiento a la propiedad intelectual y hace que no crezca más el mercado fiscalizado
  • Una nueva tecnología en soja y una normativa para que se declare el 100% del origen legal de la semilla fiscalizada podrían amortiguar la caída del mercado