El contrato mayo llegó ayer en Chicago a su valor más bajo del último año, tras el informe de perspectivas del USDA.
La soja ya no es lo que era, el cultivo estrella de la Argentina continúa perdiendo rentabilidad para el productor local. Ayer el contrato futuro mayo cerró en Chicago a u$s345,12, su valor más bajo de los últimos 12 meses, presionado en gran medida por el informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) que elevó las proyecciones de la cosecha sudamericana. A la par, en el mercado local también bajó el dólar, en este caso a su mínimo desde noviembre -para cotizar a $15,55- y esto no es todo ya que para completar las pálidas se suma que la campaña viene muy complicada en la zona núcleo por el exceso de precipitaciones de los últimos días.
A este escenario hay que sumarle un incremento en los costos de producción que no está encontrando ningún factor de compensación y claro, no hay que olvidar que la soja continúa pagando retenciones del 30%.
Según detallan desde Márgenes Agropecuarios, en el norte de la provincia de Buenos Aires, para siembras en campo propio, el costo total el costo total en quintales es de puede estimarse en 32 qq/ha en soja de primera (vs. 29 qq/ha dos meses atrás) y 21 qq/ha en soja de segunda.
Para siembras en campo arrendado, teniendo como base un arrendamiento de 15 qq/ha (campo de productividad media) el costo total en quintales es de 38 qq/ha en soja de 1ª (vs 36 qq/ha hace dos meses) y de 24 qq/ha en soja de 2ª (vs 22 qq/ha dos meses atrás).
Lógicamente en situaciones normales estos rendimientos serían ampliamente superados en la región pero justamente las condiciones climáticas paralizaron la cosecha y están poniendo en riesgo el rendimiento y calidad de los granos. Algunas estimaciones indican que alrededor del 30% del campo bonaerense fue perjudicado por las lluvias.
Ahora resta esperar que en los próximos días se mantengan días secos y soleados para que el agua baje, mejore el estado de los caminos rurales y los productores puedan volver a cosechar.
Hasta el momento los pronósticos climáticos son alentadores pero la realidad demuestra que hay miles de hectáreas afectadas y todavía es temprano para estimar pérdidas. Por lo pronto el ministro de Agroindustria de la Nación, Ricardo Buryaile, se animó a poner en duda la cosecha récord que proyectaban tiempo atrás desde el Gobierno.
Así es que con poco que ver con la realidad argentina el USDA elevó las estimaciones de cosecha y si bien era esperado por el mercado, continuó presionando las cotizaciones en el mercado internacional y para el corto plazo no hay demasiados factores alcistas para la oleaginosa.
Finalmente, también hay que tener en cuenta la relación insumo – producto, que si bien se encuentra en valores más bajos que en los últimos años, desde hace un par de meses se está evidenciando un notorio incremento que también le juegan en contra a la rentabilidad.
De esta manera queda exponenciado que hoy la soja dejó de ser la vedette de los campos argentinos y en él mientras tanto los productores continúan haciendo cuentas para salir airosos de la campaña agrícola 2016/17 que viene presentando una complicación detrás de la otra.
Por Yanina Otero | Ambito Financiero