Soja sana: rotación, cultivares resistentes y manejo de las semillas

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El fitopatólogo Marcelo Carmona brindó consejos para el control de enfermedades durante la jornada de actualización técnica de Don Mario, haciendo eje en la necesidad de trabajar con rotación de cultivos, utilizar materiales resistentes y un buen manejo de semillas.

“Hoy, la Argentina no tiene campos de soja libres de enfermedades”, aseguró el fitopatólogo Marcelo Carmona durante la jornada de actualización Técnica de Don Mario, y explicó que la expansión del cultivo, el monocultivo y la siembra directa llevaron a la supervivencia de patógenos en el suelo campaña tras campaña. Hoy, el promedio de pérdidas por enfermedades en los lotes argentinos es de 400 kilos por hectárea.

La base del problema, según Carmona, es que no se implementa un “manejo integrado de enfermedades”. ¿En qué consiste el manejo integrado? En primer lugar, en “una adecuada rotación de cultivos que ayude a descomponer los rastrojos para que los patógenos mueran de hambre”, dijo el especialista. Luego mencionó dentro de esa práctica básica a la gestión de la biología del suelo, el “manejo de la supresividad” (los microorganismos tienen la capacidad de suprimir patógenos), y la nutrición, que como remarcó Carmona no solo mejora los rindes sino que mejora la estructura de las raíces para que las plantas sean más saludables y se infecten menos.

En segundo lugar, el fitopatólogo recomendó enfáticamente el uso de cultivares resistentes como herramienta inicial para el control, y remarcó que si bien la transgénesis no generó grandes resultados en el manejo de enfermedades de soja, con las nuevas técnicas de edición génica sí se abre un panorama promisorio.

En tercer lugar, Carmona llamó a realizar un manejo de la semilla que apunte a protegerla contra hongos presentes en el lote y en la semilla misma, y resaltó: “Hace falta hacer más análisis de sanidad de semillas”.

En cuanto a la aplicación de fungicidas, una herramienta de última instancia, el técnico comentó que en la última campaña unas 8 millones de hectáreas de soja fueron pulverizadas con fungicida, es decir aproximadamente el 50 por ciento de la superficie sembrada. Al respecto, dijo que “la fenología no es suficiente para definir los momentos de aplicación, sino que la clave para aumentar la eficiencia está en medir las lluvias entre R3 y R5”.