El Panorama Agrícola Semanal de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires destacó este jueves la mejoría que experimentaron esta semana los cultivos de soja y maíz que recibieron precipitaciones.
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En el caso de la oleaginosa, la Bolsa informó que las lluvias “han aumentado en 1,2 % el área de soja en condición de cultivo Normal/Excelente a nivel nacional”.
En el detalle regional, precisó que en el centro y norte del área agrícola se recibieron aportes hídricos durante los últimos días, pero en el sur sigue bajo falta de humedad en el perfil. “A pesar de ello, la superficie bajo condición hídrica Adecuada/Óptima aumentó en 4,8%”.
Así, “casi el 20% de la soja de primera transita el llenado de grano en condiciones hídricas más favorables, especialmente en ambos núcleos”.
Las zonas complicadas, según el informe, son el centro y sur de Buenos Aires, donde más de 50% de la soja de primera atraviesa el período crítico bajo condiciones hídricas deficitarias, lo que podría comprometer su rendimiento potencial.
Por otro lado, más del 30 % de la soja de segunda en ambos núcleos ha ingresado en el período crítico en mejores condiciones hídricas en comparación con el inicio del
ciclo, lo que ha permitido frenar mayores mermas en los rendimientos potenciales.
No obstante, en el Centro-Norte de Santa Fe y sobre el sur de la región agrícola, es crucial recomponer los perfiles hídricos para evitar mayores pérdidas de rendimiento.
“Bajo este contexto, mantenemos nuestra proyección de producción en 49.600.000 toneladas”, dijo el PAS de la Bolsa.
Maíz
En lo que respecta al cereal, la cosecha se ha concentrado en las provincias de Santa Fe y Entre Ríos, con avances incipientes en Buenos Aires.
Las lluvias mencionadas han tenido un impacto positivo en los planteos tardíos, los cuales se encuentran en período crítico (VT-R1) en un 70,5 % de los casos relevados. Como resultado, la proporción de lotes en condición entre Normal y Excelente ha mostrado una mejora estimada en 2,1%, deteniendo el deterioro observado en enero y lo que va de febrero.
Por otro lado, los planteos de fecha intermedia, sembrados entre mediados de octubre y principios de noviembre, han sido los más afectados por el déficit hídrico y las temperaturas elevadas durante la floración. En estos casos, las precipitaciones recientes no han generado una mejora significativa en su estado, ya que la etapa fenológica clave transcurrió bajo condiciones adversas.
Finalmente, en la porción sur del área agrícola, no se han registrado eventos de precipitación generalizados. En este contexto, la evolución del cultivo en esta región dependerá críticamente de los pronósticos climáticos a corto plazo, ya que la disponibilidad de agua será determinante para un adecuado cuaje de los granos.