La producción de leche cayó 0,7% en junio con respecto al mismo mes del año pasado, debido a la incidencia de la falta de lluvias que redujo la oferta de forraje y también a la suba de costos que enfrentan los tambos en el contexto inflacionario.
En total, el ordeñe nacional fue de 914,2 millones de litros, según datos de la Dirección Nacional de Lechería, y el semestre terminó con una leve alza del 1,1%.
“Evidentemente, los efectos de la importante sequía que afecta la mayoría de las cuencas lecheras (anegamientos en una en particular) y la incidencia de altos costos de producción (concentrados, entre otros insumos vinculados a la alimentación del rodeo) afectaron la producción en junio de 2022″, indicó el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA).
Y añadió: “Se evidencia desde mayo una desaceleración en el crecimiento interanual. El segundo semestre se presenta con un panorama incierto desde los aspectos meteorológicos, de los costos de producción y de los precios tanto del mercado interno como del externo (precios cuidados, menor consumo, precios internacionales a la baja, retraso cambiario y derechos de exportación), lo cual hace difícil aventurar un posible comportamiento de la producción”.
En Buenos Aires
Del mismo modo, la Cámara de Productores Lecheros de la Cuenta Oeste de Buenos Aires (Caprolecoba) emitió su informe mensual en el que advirtió que “sin lluvias en el último mes, en la Cuenca Oeste se acentuaron las condiciones de sequía en la capa superficial de los suelos, con reservas de humedad aceptables pero en retroceso, más abajo, en el perfil”.
“Se necesitan lluvias, que con incierta intensidad, se anuncian probables en la última semana de mes. Esperemos que se den”, destacó Caprolecoba en su Panorama mensual.
Bajo este panorama, los tambos de esta región están apostando a silajes, heno y concentrados, con un crecimiento del manejo de rodeos encerrados.
Esto permite, según Caprolecoba, que las vacas se mantengan en buen estado, aunque con una producción diaria que está un litro por debajo del rendimiento de 2021.
El problema, en este contexto, es que “los costos se han ido muy altos y las preocupaciones, también“, advirtió Caprolecoba.
En ese marco, el informe finaliza con dos preguntas difícil de responder: “¿Llegarán primero las lluvias o el fin de las reservas? ¿Cuánto más empeorará la macro?”. (fuente Infocampo)