El último informe de la Red del Manejo de Plagas (Aapresid), publicado semanas atrás, revela que ya se contabilizan 21 malezas resistentes y 6 tolerantes en la Argentina.
“Siempre va a ser más barato prevenir que curar”, repite como un mantra César Suppo, ingeniero agrónomo y productor en Despeñaderos, a 50 kilómetros al sur de la ciudad de Córdoba. En este punto parace estar la clave, que es comenzar mucho tiempo antes de la siembra del cultivo con una planificación integral del manejo de las malas hierbas.
En esa misma ciudad, Ernesto Carreño, de la agronomía Alejandro Monetti SRL, viene trabajando en la incorporación de nuevas soluciones que, además de ser efectivas, le permitan manejar el problema de malezas de un modo más sostenible.
La zona de Despeñaderos se caracteriza por su variabilidad climática y de suelos. Así, Carreño destaca que las malezas que más los preocupan son yuyo colorado y gramíneas. “Ya no se pueden generalizar, a las malezas hay que identificarlas con nombre y apellido“, agrega.
Desde el sector más bajo del lote, productor y asesor enumeran su estrategia para el control de malezas antes de la siembra de soja: un barbecho corto a fines de octubre con un herbicida a base de Imazapir más Imazapic más una aplicación de un pre-emergente, tres días antes de la siembra.
“Por una cuestión de tiempo y logística, nuestro modelo de trabajo se sostiene en el uso de herbicidas pre-emergentes. Además, tratamos de aplicar productos con un residual relativamente largo”, sostiene Suppo.
En ambos planteos, tanto Carreño como Suppo eligieron aplicar “Tripzin” para el manejo de soja grupo de madurez 5, que se sembró el 29 de noviembre. De acuerdo a la experiencia, con este producto formulado a base de Pendimetalin, aumentó el espectro de control y la residualidad del producto. Además tiene la capacidad de permitir un manejo diferente, coincidieron el productor y el técnico.
A cincuenta días de realizado el tratamiento con el herbicida en presiembra, el lote se presenta aún limpio con algunos nacimientos de maíces guachos, que se tratarán con graminicidas antes del cierre de surco.
Para Carreño, la estrategia fundamental para el control de malezas es conocer el lote y planificar. “Hay que manejar la situación de modo proactivo. Los productores tienen que llevar un registro en el lote con las malezas que cosecharon el año pasado junto al cultivo, porque esas van a seguir estando”, concluye.