La trilla de maíz ya comenzó y, desde el comienzo de la campaña, el cereal estuvo afectado por la sequía y la falta de humedad en el caso de los planteos tempranos. De acuerdo a las estimaciones, esta fecha de implantación, que se está cosechando en el centro del Santa Fe, muestra rendimientos aceptables a muy buenos, según la Bolsa de Comercio de Rosario. La contracara de estas circunstancias son los tardíos, más afectados por la seca.
Una de las consecuencias de la sequía durante al emergencia de maíz es la disparidad de plantas, la cual el cultivo nunca puede volver a compensar durante todo su ciclo. De esa forma, con el avance del crecimiento y el desarrollo, esas diferencias determinarán plantas con tallos de mayor diámetro y espigas más grandes, mientras que habrá otras que tallo más fino y espiga chica.
Sin embargo, hay que cosechar y trillar la mayor cantidad de plantas para conseguir los máximos rendimientos y reducir las pérdidas.
En este sentido, Rubén Roskopf, especialista en maquinaria agrícola del INTA Paraná, brinda algunos consejos clave para una cosecha más eficiente.
“La falta de humedad generó una emergencia del cultivo con diferencias de hasta tres semanas, configurando una plantío con plantas dominantes y dominadas. Ante estas circunstancias, hay que enfocarse en los ajustes sobre el cabezal de la máquina, en la que se encuentran las mayores pérdidas. Los rolos y las placas espigadoras, en este caso, son las responsables”, explica Roskopf.
Para pérdidas por plataforma, los máximos tolerados que deben alcanzar los 120 kilos por hectárea.
Según detalló el experto, las diferencias de diámetro de tallo y de espiga son rotundas en los diferentes maizales: para los tallos varían de 12 a 29 milímetros, mientras que en los marlos desde 31 a 60 milímetros.
En este sentido, sostiene que las placas serán las responsable de separar las espigas del tallo y, por ende, sus ajustes deben contemplar esas diferencias.
“Entonces hay que tener un buen mantenimiento y regulación de esas placas espigadoras. En este sentido, se pueden hacer ciertos ajustes de plataforma, según la zona del lote y la condición promedio del plantío en cada ambiente. Si el sitio es una zona baja o más fértil, la separación de las placas debe ser de 30 milímetros, mientras bajo una situación contrario, la separación debe achicarse”, detalla y aduce que en estos casos se dan las mayores pérdidas de cabezal.
Por su parte, el especialista resalta que es fundamental cubrir con chapas la zona entre las barras batidoras y el cilindro de trilla.
Para la regulación del cilindro-cóncavo, la regulación se hace de una manera práctica: para establecer la separación hay que seleccionar la espiga de tamaño promedio y colocarla a la entrada del conjunto de trilla, estableciendo la separación igual al diámetro de la espiga sin trillar
“Si no colocamos estas chapas, la espigas irá rolando entre las barras batidoras del cilindro y terminando saliendo sin trillar por la cola de la cosechadora”, comenta. (fuente Infocampo)