Trips y arañuelas son plagas biológicamente muy distintas, pero que tienen mucho en común: las condiciones de sequía y altas temperaturas son el caldo de cultivo ideal para ambas.
Si no se controlan a tiempo, pueden llegar a provocar daños irreversibles sobre la oleaginosa. Arrancando el tercer año Niña ¿qué estrategias aprendimos para mantenerlas a raya en el cultivo de soja?. Fernando Flores (INTA Marcos Juárez) y David Piola (Asesor AFA) llevaron recomendaciones al ciclo diario de entrevistas Agenda Aapresid.
Pensar como trip y arañuela
Para aprender a manejarlas, se hace preciso conocer su nicho y comportamiento. Las arañuelas son arácnidos que suelen expresarse mayormente en estadío vegetativo en zonas de mayor estrés donde no ha cerrado el entresurco. Por ejemplo, cultivos sobre lomas arenosas. En cuanto a los trips, aunque pueden tener aparición temprana, el momento de mayor daño se da en estadíos reproductivos entre R3 y R5.
El mayor problema es que son plagas silenciosas y su ciclo es muy dinámico, con nuevas camadas cada 12 o 15 días. En los inicios los ataques se concentran en los estratos inferiores de las plantas y son muy difíciles de detectar. “Entonces los controles llegan tarde, cuando la plaga explota alcanzando estratos superiores”, agregó el asesor de AFA.
La depresión sobre el rendimiento puede alcanzar los 1.000 kg/ha. La magnitud de las pérdidas estarán en función del grupo de madurez del cultivo y la variedad, la densidad poblacional y la condición hídrica.
Monitoreo desde la base, todo el ciclo
Ambas plagas pueden estar presentes desde temprano y a lo largo de todo el ciclo. Es importante intensificar y mantener el monitoreo constante para detectar su presencia antes de que sea tarde y para adelantarse ante la necesidad de control, si fuera necesario.
Su cuantificación visual se debe hacer con ayuda de una lupa, idealmente en horarios de no tan alta insolación y temperatura, porque los adultos de trips tienden a volarse rápidamente. Se considera alcanzado el umbral de acción cuando se observa al menos un adulto por foliolo. Su presencia da cuenta de la magnitud de la infección a nivel de ninfas, las que usualmente se refugian en el envés de las hojas y generan la mayor parte de los daños.
Por su parte, arañuela es un tanto más fácil de observar porque todo su ciclo lo hace sobre las hojas y da una explosión poblacional muy fuerte, explicaron. Para su monitoreo se recomienda mirar la parte inferior del canopeo o el envés de las hojas, además de evaluar la presencia de telas.
Recomendaciones de manejo
Ante la presencia de las plagas en estadío vegetativo, si se espera baja humedad relativa ambiental y estrés hídrico para las próximas semanas, hay que actuar rápidamente con aplicaciones preventivas de productos que den persistencia. El control temprano hace la diferencia, ya que si suben los estratos superiores el daño será muy grande e irreversible, remarcó Piola.
En lo que respecta a activos, los referentes coinciden en que la abamectina está dando muy buenos resultados. Por el contrario, indicaron ser cuidadosos con los piretroides, porque el control puede no ser tan favorable y, contrariamente, podemos estar fomentando el ciclo reproductivo de la arañuela.
Hay que tener en cuenta que una vez que esta formó la tela, es infranqueable y los productos no podrán atravesarla. Por su parte, los IGR y spinosinas pueden andar muy bien para achicar la población de trips, aunque este último no es aconsejable para arañuela.
En suma, es una campaña en la cual el monitoreo constante va a ser fundamental para adelantarse y proteger el rendimiento. Sobre todo estar muy encima desde la etapa vegetativa poniendo especial ojo en sojas de ciclos cortos, organizando bien las tareas de aplicación para llegar a tiempo, señalaron en Agenda Aapresid. (fuente El ABC Rural)