Una alianza química y agronómica le pone límite a las malezas

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El lote es la envidia de cualquier malezólogo. El maíz sembrado el 23 de octubre trata de evolucionar en un escenario donde la presión de la rama negra (Conyza), el amarantus (yuyo colorado) y las gramíneas anuales, en especial echinochloa y eleusine, condicionan su desarrollo.

Ubicada en la zona de Los Surgentes, la parcela fue el testigo absoluto de una Demo virtual llevada a cabo por la Red de Manejo de Plagas (REM) y trasmitida a través de la flamante plataforma digital de eventos de la Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa (Aapresid).

En la jornada testimonial, realizada en el campo de Gabriel Pellizzon integrante de la Regional Los Surgentes-Inriville de la aosicación, se analizaron las diferentes estrategias de control de yuyo colorado, rama negra y las gramíneas estivales resistentes en soja y maíz. Además de observar los resultados de la utilización de los cultivos de servicio (centeno y vicia) en la lucha contra las malezas.

Las distintas opciones de tratamientos, con los productos disponibles en el mercado, tuvieron como marco la visión del especialista Eduardo Cortes quien, acompañado por el asesor del Grupo Más Hectáreas, José Luis Zorzín, analizó el estado de situación de las malezas en los cultivos de verano.

Con registro de imágenes y testimoniales, la jornada virtual ofreció los diferentes comportamientos y la dinámica de las malezas tanto en barbechos químicos cortos, preemergentes y cultivos de servicio. Todo comparado con parcelas testigos con alta presión de malezas.

“Lo que venimos viendo en la campaña, que es especial porque nos toca un año seco en general, hace que podamos ver cuestiones de manejo y desarrollo de maleza distintos a años húmedos. Esto es biología, que no se repite en las campañas ni en lugares”, sostuvo Cortes, a modo de introducción.

Desde hace un par de años, la lucha contra las malezas resistentes parece desigual. La REM viene denunciando todas las campañas la incorporación en promedio de cuatro biotipos de malezas con resistencia, lo que dificulta que la curva de afectación en los lotes se reduzca. En la actualidad hay poblaciones de malezas que se están estudiando debido a posibles resistencias, o pérdida de sensibilidad, a diferentes activos.

Para Cortes, lo que está claro es que la tasa de evolución de resistencia es mucho mayor que la adopción del conocimiento para su control, por lo que sostiene que una estrategia efectiva pasa por una planificación en el manejo. “Lo que estamos haciendo hoy quizá tenga repercusión dentro de 10 años”, observó.

La sensibilidad que ya demuestra el yuyo colorado a los herbicidas con inhibidores de PPO en tratamientos posemergentes, por ejemplo, enciende luces de alerta. Al igual que la perdida de sensibilidad que refleja la familia de género de rama negra.

Como es probable que en los próximos 10 años no haya nuevas moléculas que contribuyan al combate, y que la lucha deberá darse con los actuales principios activos en versiones mejoradas, los tratamientos deben ser certeros.

Evaluación

Bajo estas condiciones, el Demo de la REM en la zona núcleo de Córdoba aportó buena información a campo .

Sembrado el 23 de octubre sobre cultivo de cobertura, el maíz fue incorporado a un lote que el 19 de septiembre había recibido diferentes tratamientos de barbecho corto, con un coctel de glifosato 2,4D, atrazina, picloram y coadyuvantes, entre otros. La estrategia defensiva incluyó también el 26 de octubre controles preemergentes con una batería de flumioxazin, paraquat, diuron, y S-metolacloro. Para finalizar el 3 de diciembre con posemergencias que incluyeron tolpyralate, tembotrione y glufosinato de amonio.

A la hora de evaluar los resultados, el promedio de control en las parcelas de maíz con barbecho corto y preemergente reflejó una eficacia del 98 por ciento para yuyo colorado y del 96 por ciento para las gramíneas anuales, a más de 60 días desde la aplicación.

El maíz que sólo fue tratado con un preemergente mostró un control del 96 por ciento en yuyo colorado y del 95 por ciento en las gramíneas. ¿Por qué casi no tuvo diferencias con el tratamiento que incluyó un barbecho corto? Por los 70 milímetros que le llovieron al maíz el día posterior a su implantación, lo que hizo que la humedad favoreciera la acción de los productos.

“Todo herbicida que trabaje sobre el banco de semillas tiene que pasar la solución al suelo y para eso tiene que llover. A medida que más se cubre el suelo, con los ocho mil kilos de materia seca, se va a necesitar más humedad para que llegue al perfil”, explicó Cortes.

Menor eficiencia

En el caso de las parcelas que sólo tuvieron como opción de control a los cultivos de cobertura, los porcentajes de control en el maíz cayeron al 57 por ciento para el yuyo colorado y al 67 por ciento en las gramíneas.

En la soja, también sembrada el 23 de octubre, los diferentes tratamientos incluyeron un barbecho corto el 9 de septiembre, un preemergente el mismo día de la siembra y un posemergente el 3 de diciembre.

Los resultados mostraron que la combinación entre barbechos cortos y preemergentes tuvo una eficiencia promedio de control del 91 por ciento en yuyo colorado y del 67 por ciento en el control de las gramíneas.

Las parcelas que sólo tuvieron tratamientos de preemergencia exhibieron un porcentaje de control de 93 por ciento en amarantus y 80 por ciento en gramíneas.

La mayor eficiencia la mostraron el tratamiento con cultivo de cobertura más preemergentes: 94 por ciento de control en yuyo colorado y 83 en gramíneas.

La estrategia que sólo incluyó cultivo de cobertura, pero sin ningún tipo de aplicación, fue la más pobre: 18 por ciento de control promedio en yuyo colorado y 19 por ciento en las gramíneas.

“Hace cinco años cuando evaluábamos activos, el porcentaje de control era de entre 95 a 100 por ciento a los 45 días, hoy está entre 75 y 80 por ciento, y eso se puede ir complejizando en la medida que no hagamos un manejo integrado”, observó Cortes.

El especialista del Inta San Francisco destacó que para tener éxito en el control de malezas hay que poner el foco sobre el banco de semillas en el suelo hasta agotarlo. Una tarea que puede llevar varios años. (fuente Alejandro Rollán/AgroVoz)