Desde hace un año, la aparición del pulgón amarillo del sorgo encendió las alertas entre los apicultores argentinos, por el impacto que tuvo en la miel.
«Esto empezó a ocurrir el año pasado, un poco influido por el aumento de superficie sembrada con sorgo en la región«, contó Hernán Pietronave, investigador del Programa Nacional de Apicultura de Inta, en una entrevista realizada por Pampero TV y compartida en las redes del Inta.
Según contó el investigador, el pulgón amarillo del sorgo es una plaga incipiente, que pasa de la caña de azúcar al sorgo y succiona la savia de este cultivo. «Desde el Inta se está trabajando con los equipos de protección vegetal para el control de esta plaga que es muy nueva en Argentina y que nos sorprendió en estas dos últimas campañas», contó el investigador.
Un primer llamado de atención fue que la miel obtenida era diferente a la habitual. Luego, en enero del año pasado, muchos productores agrícolas y apicultores, observaron la presencia de abejas pecoreando los lotes de sorgo. «Esto también llamó la atención porque no es una cuestión habitual en nuestra zona», contó Pietronave.
Algo que señaló es que el control de esta plaga conlleva la aplicación de distintos productos. «Como era una plaga desconocida, se aplicaron productos intensos para poder llegar a este pulgón que se ubica en el envés de la hoja; y en algunos lugares nos empezaron a alertar sobre la vinculación entre la presencia de la abeja, las aplicaciones y la miel que se obtenía», explicó el investigador.
A nivel nacional, algunos laboratorios detectaron que algunos perfiles de estos azúcares correspondían a plantas C4 y no C3, donde habitualmente las abejas pecorean.
«Tenemos claro que no es adulteración y el código alimentario reconoce estas mieles. Es posible que al no provenir de las flores, pueden sí tener un gusto diferente. Lo que primero era una duda ahora nos queda claro que es miel», cerró Pietronave. (fuente AgroClave, diario La Capital)