Uno de cada tres argentinos vive en zonas expuestas a las inundaciones

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Así se desprende de un informe, que señala que la zona central del país, motor del campo, es la más afectada; qué pasa con los seguros agrícolas.

En el último medio siglo, en el país se registraron 75 grandes inundaciones que afectaron a 13 millones de personas y causaron alrededor de 500 muertos. Desde 1980, las pérdidas por estos fenómenos rondan los 22.500 millones de dólares (en valor ajustado por crecimiento del PBI hoy son 43.500 millones de dólares). Son la catástrofe natural más costosa que afecta a la Argentina.

Los datos fueron relevados por un estudio de la reaseguradora Swiss Re, que también describe que el 58% de las pérdidas económicas generadas por catástrofes naturales están vinculadas a una inundación. Por año, la economía argentina podría perder alrededor del 0,15% del PBI debido a hechos asociados a inundaciones.

Históricamente, las regiones del Gran Buenos Aires, el Gran Chaco, la Pampa y el Litoral fueron las más golpeadas. Los distritos de Santa Fe, Formosa, Córdoba, Chaco y Entre Ríos, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires son las que mayor número de eventos tuvieron en los últimos 50 años.

La Argentina cuenta con más de 20.000 kilómetros de cursos de agua. La inundación de grandes ríos representa un gran peligro. Los hechos de 1982 y 1983 en las regiones del Norte, el Centro y el Litoral son un ejemplo de la salida de cauce de estos ríos.

La región pampeana está expuesta a inundaciones pluviales y fluviales. Atravesada por los ríos Paraná y Salado, Santa Fe fue testigo de grandes inundaciones en 1982/83,1986, 1992/93,1998 y más recientemente en 2003 y 2007. En las zonas montañosas de Córdoba, los desbordes repentinos representan una amenaza considerable.

El impacto se vuelve particularmente severo debido a la baja permeabilidad del suelo, las laderas escarpadas del terreno, una vegetación insuficiente y la concentración de precipitaciones en los meses de verano. Una serie de inundaciones severas fueron registradas en Córdoba en 1992, 1993, 1997, 2000 y 2015.

El estudio destaca que el Paraná -el río más largo que atraviesa el país- junto con sus principales tributarios, forma una cuenca de aproximadamente 2.600.000 kilómetros cuadrados, habitada por 11 millones de personas y con varias de las principales economías de la Argentina. Casi el 30% del PBI argentino se produce en esta región. Uno de cada tres argentinos vive en zonas expuestas a las inundaciones.

PÉRDIDAS CRECIENTES
La modelación catastrófica realizada por Swiss Re revela un escenario «preocupante» en materia de inundaciones para las cuencas de los ríos Paraná y Paraguay. Proyecta un período excepcionalmente prolongado de precipitaciones continuas, lo que podría causar el desborde de los ríos con las consecuentes pérdidas económicas millonarias.

«Dejaría a las pequeñas empresas de la zona en una situación delicada: edificios y mercancía dañada, interrupción de operaciones y el lucro cesante ocasionado perjudicarían la viabilidad económica», agrega.

De cara al futuro, el reporte indica que es de esperar que el impacto de las inundaciones en la estructura social y económica argentinas se agrave. El crecimiento poblacional, la urbanización, la evolución económica y el cambio climático son los principales disparadores del aumento de la exposición al riesgo.

De acuerdo con estimaciones de las Naciones Unidas, en 2025 Argentina tendrá más de 45,4 millones de habitantes, con 93% de ellos viviendo en ciudades. La urbanización es reconocida como el factor más determinante de la exposición a inundaciones.

Con pronósticos de Oxford Economics, el capital fijo argentino crecerá en promedio tres por ciento anualmente durante los próximos diez años. Ya sólo debido a este crecimiento, la pérdida anual esperada aumentaría en 250 millones de dólares durante la próxima década siguiente, alcanzando los 1100 millones de dólares en 2025.

Jens Mehlhon, vocero de la Swiss Re en la Argentina, señaló a La Nación que el de las inundaciones es el peligro «más importante, pero es asegurable; no hay obstáculos para no hacerlo. Todas las herramientas que hacen falta, existen».

Admitió que los seguros de este tipo no son masivos porque, hasta hace una década, los modelos para estimar daños y pérdidas estaban «atrasados; ahora se avanzó mucho y los fondos de inversión son accesibles».

EL CAMPO
Respecto de los seguros agrícolas -el 60% de la superficie sembrada tiene algún tipo de estos seguros y el 95% de lo asegurado es para protegerse de las consecuencias del granizo- plantea que «no hay diferencias; no hace falta intervención del Estado, salvo en zonas que se inundan cada dos o tres años y que tienen un costo muy alto».

«En esos casos -agregó-debería intervenir el Gobierno para construir defensas y hacer más efectiva la prevención, lo que redundaría en una baja de los costos de seguros».

En el seminario sobre inundaciones organizado por Swiss Re se realizó un sondeo. El 42% del auditorio sostuvo que la falta de conciencia sobre las inundaciones es el mayor obstáculo para aumentar la penetración del seguro en la Argentina, seguido por un 36% que entendió que la causa principal es la falta de experiencia técnica de las compañías.

El 56% estimó que no es competencia del Estado promover coberturas para catástrofes naturales, sino que deberían ser desarrolladas por el sector privado como cualquier otra cobertura. Un 33% planteó que el Estado debería subsidiar parte del premio de seguro y el sector privado debería trabajar en desarrollar productos y mercados.

Por Gabriela Origlia | Diario La Nación