Las abonadoras viven un momento de auge en Argentina y saltan al primer plano para la reposición de nutrientes en los suelos. El fuerte aumento en el precio de los fertilizantes tradicionales, revalorizó el uso del estiércol sólido, y eso tuvo un rápido correlato en el segmento de abonadoras.
A mediados de 2021, los fertilizantes ya registraban sostenidos incrementos en dólares respecto al año anterior.
Por caso, la urea aumentó un 51%, el fosfato monoamónico un 71% y el fosfato diamónico un 67%.
Valiosos
Ante insumos que se encarecen en dólares, los residuos sólidos de feedlots (y otros establecimientos ganaderos) son vistos como opción válida para fertilizar.
Esta situación explica la renovada demanda por las abonadoras y el crecimiento de los servicios que los contratistas brindan en el esparcido de los desechos pecuarios.
En ese marco, los carros forrajeros que se pueden convertir en abonadoras mediante el acople de un módulo, están en el centro de la escena.
Son una opción ideal, especialmente para los contratistas, ya que su doble función (forrajera/abonadora) permite una amortización más rápida de la inversión.
Generadores
La fuente de los abonos orgánicos está en la ganadería intensiva, particularmente en los sistemas de engorde a corral.
Para un feedlot de 5.000 cabezas, y dependiendo de la digestibilidad de los alimentos, la producción anual de estiércol puede ubicarse entre 6.000 y 9.000 toneladas.
De acuerdo con datos del INTA Concepción del Uruguay (Entre Ríos), el nivel fósforo incorporado al suelo a través del estiércol en un ciclo de engorde de 100 días es compatible con las necesidades de un cultivo agrícola de alto potencial de rendimiento. (fuente MAQUINAC)