La calidad de siembra es un aspecto clave en todos los cultivos, sobre todo, por el impacto que el stand logrado tiene sobre los rendimientos. Asimismo, en el maíz, por ejemplo, la densidad es mucho más determinante.
El técnico especializado en maquinaria, Nicolás Pizzichini, viene trabajando sobre la importancia de la carga que la sembradora de granos gruesos provoca sobre los cuerpos sembradores en maíz, un aspecto que, tradicionalmente, es poco considerado. Compartió una foto muy interesante sobre las diferencias en el tamaño de espiga por la falta de control de este aspecto.
Los primeros resultados que encontró en Viale (Entre Ríos), en fecha temprana del cereal, fueron sorprendentes.
Entre Ríos, según lo que sostiene Pizzichini, es un ambiente ideal para medir la variable de carga ya que al ser suelos pesados se necesita de esta para sembrar la semilla a la profundidad buscada.
“Estamos trabajando en diferentes puntos del país con estos ensayos de carga sobre cuerpos sembradoras. El 95% de las máquinas no tiene un control de esta variable y observamos que existe una pérdida de carga que genera sustanciales diferencias en la calidad de siembra”, explica Pizzichini a Infocampo, agregando que no solo lo están probando en maíz, sino también en soja.
De acuerdo a la experimentación que viene haciendo, intencionalmente, sembraron maíz de tres maneras: la primera con la carga adecuada sobre los cuerpos (en la foto, fila de arriba), en otro caso aplicando un 30% del tiempo la carga inadecuada (en la foto, fila de abajo) y en un tercer caso aplicando menos carga en un 50% del tiempo.
“Cuando la carga sobre el cuerpo no es correcta, la semilla queda a una profundidad menor y sin disponibilidad de humedad para una correcta germinación. Con eso, se empiezan a generar las típicas diferencias temporales o espaciales en maíz, también diferencias en la competencia por los recursos”, dice el técnico, quien líder de soporte de producto de Precisión Planting.
Indirectamente, aclara, el impacto de la falta de carga se agrava cuando la siembra se produce a mayor velocidad. “En estos casos, además, la sembradora va dando saltos sobre el terreno y se agudiza la disparidad de siembra”, subraya.
Con estos trabajos, Pizzichini, al mismo tiempo, está probando un sensor especial para regular la carga de forma automática. Por medio de este implemento, el sensor ajusta la presión sobre la rueda niveladora para que la semilla quede a la profundidad determinada.
Por ahora, dice, está cosechando las primeras espigas y las diferencias son perceptibles a nivel visual. A final de la campaña, estas fallas estarán valorizadas por medio de los rendimientos. (fuente Infocampo)