(Conexión Rural) Desde el inicio de la pandemia por el Covid-19 la aviación agrícola fue una de las actividades exceptuadas para seguir trabajando con normalidad en Argentina.
En este sentido el piloto Sandro Peisino, titular de la firma Yebila SA, comentó que “la aviación agrícola está dentro de las actividades exceptuadas en el tema de la producción agropecuaria y de alimentos, pero igual tuvimos que cambiar un montón de hábitos, porque pudimos seguir trabajando pero tomando ciertos recaudos”.
El profesional describió que la tarea de la aviación agrícola es controlar vectores (hongos e insectos) principalmente, y que durante este período de crisis en salubridad también colaboraron en las campañas contra el mosquito transmisor del dengue.
Entre las medidas de prevención empleadas por los trabajadores del rubro se destacan la necesidad de reducir al mínimo la cantidad de personas que viajan en los vehículos al campo, no compartir el mate ni los elementos de protección personal.
Sobre las bondades del servicio prestado por la aviación agrícola Peisino marcó que “tiene una gran capacidad de trabajo, resuelve una importante cantidad de problemas y rápidamente. La aviación agrícola puede salvar una cosecha entera del país, como ya pasó cuando hubo un ataque grande de chinches en soja. La aviación agrícola te asegura la cosecha y al mismo tiempo son pocos los aviones, entonces es fácil de verificar y controlar”.
Cabe destacar que en los últimos años la aviación agrícola también se dedicó a la siembra, y en este sentido el piloto venadense reconoció haber desarrollado esta tarea en Corrientes con arroz.
“Ahora está aumentando la cantidad de productores que recurren al servicio de siembra aérea. Antes se sembraba sólo para pastoreo y ahora se hace con cultivos de cobertura, cultivos de servicio, que son cultivos que le ganan en la competencia a las malezas y entonces se evita hacer tratamientos con herbicidas”, describió Peisino. (entrevista del programa radial Y del Trabajo del Hombre, Radio Ciudad Venado Tuerto)