En los últimos años, la actividad ganadera comenzó a recibir fuertes cuestionamientos por su rol como emisora de gases efecto invernadero. A esta situación, se suman nuevas exigencias desde Europa, como la normativa 2023/1115, que regula la deforestación agregada en productos que se exporten hacia ese continente.
En este contexto, la producción bajo el esquema silvopastoril se perfila como una opción para pensar en una ganadería sustentable y sobre todo, con un balance positivo a la hora de analizar las emisiones.
En el marco de una jornada organizada por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), la entidad mostró el caso productivo del Grupo Gruber, una empresa misionera dedicada al rubro forestal que desde hace unos veinte años incorporó ganadería silvopastoril.
Se trata de un planteo de ciclo completo que, más allá de su buena performance productiva, permite generar captura de carbono y exhibir un balance ambiental positivo.
Los beneficios
Uno de los disertantes de la jornada fue Diego Chifarelli, del INTA, quien junto a Infocampo analizó la potencialidad de este tipo de producción ante un mercado mundial de carnes que, además de reclamar trazabilidad en todos los eslabones ganaderos, mira con atención –y preocupación- el impacto de esta actividad en el ecosistema.
-¿Cómo contribuye la ganadería silvopastoril a la mejora en el secuestro de carbono?
-Según el Inventario Nacional de Gases Efecto Invernadero, en lo que hace al carbono, un vacuno en promedio emite 1,37 toneladas de CO2 equivalentes por año. Pero también hay capturas y esa es una diferencia y muchas veces cuando hay un debate sobre el tema de las emisiones, se contabilizan solamente lo que se emite.
–¿Existe una tendencia a catalogar a la ganadería como un sector deficitario en ese rubro?
-Tanto el sector agrícola, como el forestal-ganadero y otras actividades como la energía y los residuos son emisores, pero también hay que considerar cuáles son las capturas y el stock de carbono que generan esos otros sectores. En el caso de los sistemas silvopastoriles, tenemos emisiones de la ganadería, pero también hay capturas de la pastura y un stockeo muy importante por parte de los árboles.
-¿Cual es aporte concreto de este tipo de producción?
-Un sistema silvopastoril, con 100 árboles de promedio y un turno de corte a los 20 años puede estar capturando alrededor de 300 toneladas de CO2 equivalentes por hectárea. Si esto se divide por 20 años, nos da 15 toneladas de CO2 en un año y en el caso de una pastura megatérmica, estudios en Colombia marcan una captura de 1,7 toneladas por hectárea. Cada caso es único, no se habla de la huella de carbono en general, sino que debemos estudiar cada establecimiento, pero todo indica que se puede generar un sistema que no solo que compense sus emisiones, sino que además aumente las capturas, que sea negativo en términos de carbono
–Esto contradice todas las voces que postulan a la ganadería como el principal emisor.
-La ganadería no es el único emisor. Si hay que reconocer que la ganadería es un emisora importante porque genera gases invernadero, principalmente metano. Obviamente que no es la única y sobre todo, no se puede tener una postura negacionista al respecto. Pero el punto es que no podemos dejar de comer y algunos dejan de comer carne. En general, la mayoría de las actividades que desarrolla el ser humano generan un impacto. No podemos dejar de hacer todo lo que hacemos, pero si tratar de ser lo más eficientemente posible y con el menor impacto posible.
-En este camino, ¿la ganadería pierde eficiencia?
-Con los sistemas silvpastoriles no se pierde eficiencia, pero queda un camino a recorrer para ser mejores todavía. Por ejemplo, un manejo del rodeo que nos permita mejorar los índices de destete. Un punto a mejorar es el estacionamiento de servicio, porque brinda una ventana para aprovechar mejor las pasturas. En Misiones, la base forrajera baja con las heladas en invierno, entonces un buen estacionamiento del servicio permite que cuando la demanda del rodeo crece, coincida con el pico de capacidad forrajera que tenemos en la zona. (fuente Infocampo)